Capitulo 25

¿Qué? De repente la canción seductora de fondo “Make you feel my love” (Hacerte sentir mi amor) de Adele parece extrañamente discordante, inapropiada.

 

Me quedo con la boca abierta ante él, incrédula. El calor de un rubor pica las mejillas al igual que las lagrimas humillantes rebosan peligrosamente en mis ojos miserables. “Yo… eso fue…”

 

Vacilo, el shock del momento robando mis pensamientos coherentes mientras él me interrumpe, ladrando, “Dímelo Anastasia, ¡dímelo – ahora!”

 

Tomo un respiro tembloroso, preparándome, cuando me doy cuenta de que el verdadero Cincuenta nunca está muy lejos. También tengo la sensación de que dependiendo de la forma en cómo maneje esto va a sentar un precedente para el futuro, estoy furiosa de que él piense que le mentiría pero, al mismo tiempo, por debajo de la ira burbujeante, veo la inseguridad inherente que está terriblemente agravada por mi partida de hace cinco años.

 

A pesar de sentirme tan pequeña, fuerzo una nota de certeza en mi voz, asegurándome de sonar inquebrantable, entregando mi mensaje tan claro como una campana. “¡Christian!” digo su nombre con significancia, para llamar su atención y para que deje de interrumpirme de nuevo.

 

“Tu odias cuando dudo de ti. ¿Por qué tu me haces lo mismo?” lo miro fijamente, aun desconcertada por el cambio violento de ánimo entre nosotros.

 

Antes de que pueda responder, continuo, “aparte de ser mi único amante, tú has sobresalido, experimentado formas más allá de lo considerado normal” A pesar de que trato de permanecer calmada, no puedo controlar el aumento indignante en mi tono mientras hago un gesto en dirección general de todo. “¿No crees que algunas veces eso me hace sentir un poco fuera de balance, insegura de mi misma?”

 

Su expresión cambia, la duda en su propia observación precipitada, revoloteando en su rostro, pero no del todo listo para dejarlo ir, se queda en silencio, observando, esperando a que continúe – para sacarlo de su miseria celosa.

 

Hay una parte de mi que quiere castigarlo, que lo quiere dejar guisarse en su acusación escandalosa pero, una gran parte de mi quiere sanarnos – y sé que tan responsable soy de su inseguridad.

 

“Lo leí en un estúpida revista femenina, en el médico. Sólo pensé que sería divertido intentarlo – hacer algo diferente, emocionante para ti” Mi rubor se debe a partes iguales de humillación y enfado; dejo caer mis ojos, todavía dolidos por el golpe duro y bajo de lo que sin duda parecía y sonaba como una actuación estelar.

 

Una luz de esperanza viene a sus ojos, “así que tu no… ¿tú nunca…?” su timbre se vuelve tentativo, queriendo creer pero, no dispuesto a confiar después de lo que debe haber sido un shock desconcertante.

 

“¡No!” sacudo mi cabeza para acentuar mi negación, sonando más dura de lo que pretendo.

 

Él exhala, largo y desigual, pellizcando la punta de su nariz, con los ojos cerrados y pasa una mano por su cabello mojado.

 

“¡Mierda! ¡Mierda!” tritura las palabras a través de su mandíbula apretada, señalando agresivamente con la cabeza una vez – su furia volviéndose interna. Con ambas manos empuja su cabello de la frente, los ojos estropeados con pesar, la boca hacia abajo – infeliz.

 

“Lo siento mucho nena. ¡Mierda!” ojos nublados pivotean lejos, mirando a la distancia mientras convierte sus manos en puños frustrados con bolas tensas. “La idea de ti con alguien más…” sacude su cabeza, desesperado, desconcertado. Puedo ver como sólo el pensamiento tiene un cuchillo retorciéndose en su propia alma. Instantáneamente quiero confortarlo pero, mi dolor hace que me contenga.

 

“Soy un idiota, lo siento, ¡lo siento!” se desliza del borde del jacuzzi y me envuelve en un abrazo aplastante, besando mi cabello. Mi cuerpo está rígido en sus brazos, la tensión y la ira aun dejándome muy nerviosa. Si él se da cuenta de mi estado inquebrantable lo ignora, abrazándome de una manera que hace que me sienta el centro de su universo.

 

Él agarra mis hombros, dando un paso hacia atrás para buscar en mi rostro con su mirada dolida, “Este es mi problema. No el tuyo. Tu nunca me has dado una razón real para no confiar en ti de esa manera, incluso cuando el maldito doctor estaba encima de ti” sus ojos se alejan de los míos, luciendo inciertos, o tal vez tímidos – como si estuviera avergonzado, “tal vez como yo no puedo mantener mis manos lejos de ti, no puedo creer que alguien más puede hacerlo también”

 

Encontrando mi mirada de nuevo, sus ojos queman con sinceridad, brillando su constricción luego acuna mi cabeza; presionándola a su pecho de nuevo. Con esas palabras él atraviesa la resistencia-siempre-débil-por-su-preocupación mientras mis brazos se lanzan a su alrededor, dejándole saber que acepto sus disculpas.

 

Nunca puedo permanecer enojada con él por mucho tiempo y ante el rostro de su disculpa sincera simplemente me derrito pero no sin antes de que la realidad de nuestros respectivos pasados se presenta firmemente en la vanguardia de mi mente. Nosotros tenemos mucho trabajo por hacer pero, Cincuenta no será Cincuenta si no tiene algunas sombras…

 

Permanecemos así por lo que parecen décadas, tratando de reparar la dulce conexión que sentimos antes del arrebato de Christian, cuando siento una agitación en mi vientre.

 

¡Seguro que no! Pienso preguntándome de dónde saca él las fuerzas, no es como si quiera negarle – sé que él necesita esto para sentir que estamos bien de nuevo pero, aun estoy muy herida para entregarme a sus atenciones amorosas en estos momentos.

 

Afortunadamente él está en perfecta sintonía conmigo, besando mi cabello de nuevo murmura, “ignóralo, que va a desaparecer” ¿Cómo puede ser él tan sordo un momento y tan observador y reflexivo al siguiente?

 

Él pasa sus manos arriba a abajo por mis brazos, sobre la piel temblorosa, “¿Tienes frio nena?” el agua está tibia pero nuestros cuerpos superiores desnudos están expuestos a una corriente de aire fría.

 

Asiento con la cabeza contra las protuberancias de sus músculos, sin querer dejar la deliciosa fuente de calor de su pecho.

 

“Vamos a abrigarte” Con esa hermosa gracia sinuosa suya, él está fuera del jacuzzi y sosteniendo la bata suave para mi, un acogedor refugio de calor. La ata alrededor de mi cintura, cuidando de mí con una reverencia de cuidado, como si fuera una muñeca frágil.

 

Después de ponerse su bata, toma mi mano y me lleva hacia su costado, poniéndome cerca. Se detiene sólo para apagar las velas que nos guían de nuevo al suntuoso salón.

 

“¿Mejor?” pasa la parte posterior de sus nudillos por mi mejilla, su preocupación y pesar claros para ver.

 

Asiento con la cabeza, sonriéndole. Incluso con una expresión de tristeza él es magnífico, tal vez más a causa de ello.

 

Me da otro beso casto en mi frente, “ve y búscanos otra botella de champán y yo encenderé el fuego” Inclina su cabeza hacia la izquierda, indicando la chimenea revestida de vidrio con dos puertas que adorna el salón, o si lo desea, el patio.

 

¡Mmmhhh, en frente del fuego con Christian! Mi diosa interna está saltando de arriba abajo, encantada ante la perspectiva de hacer el amor en un entorno tan romántico. Apuesto a que ella tiene razón; si la carpa en la bata de Christian es algo para guiarse, no creo que “ignorarlo” va a ser una opción.

 

Él confunde mi mirada soñadora por vacilación, “¿La canse Sra. Grey? ¿Prefieres ir a la cama?” un tono suave, ojos suaves y una sonrisa melancólica me dije lo mucho que quiere reconectarse, afirmar ese vinculo que nos mantiene emocionalmente atados el uno al otro. A pesar de su deseo obvio, él siempre está tan dispuesto a poner mis necesidades primero; la ironía de eso me hace querer hacer lo mismo por él. Tal vez soy más sumisa de lo que nunca pensé.

 

Levanto la mirada, fusionándola con la suya, que se convierte al instante en la sombra de mercurio mientras deslizo mis manos debajo de las solapas de su bata, su corazón fuerte latiendo a un ritmo suave bajo mi toque. Puedo sentir como mi expresión se suaviza, fundiéndose y llenándose con la luz de todo el amor que siento por él, “De ninguna manera” susurro, el tono ronco haciendo que sus ojos se abran como platos y aguante la respiración. “No estoy lista para que esta noche se acabe todavía” Mis dientes encuentran mi labio, mordiéndolo en respuesta a mi repentina llamada de deseo.

 

El estruendo sensual que hace reverberar en lo más profundo de mí, calor derramándose sobre mi piel. Puedo ver que necesita cada onza de su moderación para contenerse de besarme, y decir algo en su lugar. Con su tono ronco, ronco de deseo y picardía dice, “Supongo que podría seguir practicando”

 

Como puede él bromear sobre mi comentario de burla de “mal besador” en el medio de esta electricidad que me deja sin pensamientos y sin aliento, eso está más allá de mis presentes escasos medios de comprensión. A pesar de haber alcanzado dos orgasmos sensacionales, ya la fuerza de la necesidad que siento cuando sus labios se derriten en los míos es explosiva – como nuestra piel unida está pasando en la corriente de nuestra atracción y se está fortaleciendo, amplificando el voltaje de la tensión a niveles cercanos a chisporrotear.

 

Es emocionante y aterrados al mismo tiempo, necesitar y querer, y amar a alguien de esta forma. En el fondo de mi mente siempre me preocupo de que la intensidad como esa pueda quemar pero, aquí y ahora estoy tan profundamente involucrada, que impregna a mi ser. Hace mucho aprendí que luchar contra eso, es inútil.

 

El beso no dura suficiente tiempo, Christian me suelta y soy un conejo de ojos gigantes, atrapada en la iluminación de su mirada sensual. Inmensamente complacida con el resultado de su sonrisa, “Debo de estar mejorando” dice con sequedad. “Ahora ¿Qué hay de esa bebida Sra. Grey?” apunta con su dedo pulgar en la dirección de la barra, ojos de tormenta disfrutando mi trance después del beso, incapaz de responder.

 

Parpadeo varias veces y encuentro mi voz, “Uhm, si claro” aun un poco conmocionada me dirijo a la barra donde busco otra botella de Bollinger para la celebración. Me sorprendo tarareando otra canción de amor hermosa y apropiada, ociosamente pensando si Christian tuvo algo que ver con la compilación romántica que se ha expandido desde los altavoces esta noche. Por el momento se trata de una versión de “Fever” por Michael Bublé, llevando a mis pensamientos extraviados a todos los lugares donde las caricias de Christian se calientan en breas febriles.

 

 

Después de dejar una botella fresca en la cubeta de hielo, doy un vistazo rápido a mi teléfono, sin llamar la atención, tratando de comprobar si hay mensajes o llamadas perdidas sobre Chris. Una vez que tienes hijos, siempre se es una madre, sin importar que estés haciendo o en dónde te encuentres.

 

Cuando me volteo, encuentro a Christian detrás de mí, mirándome de cerca, “¿Estás preocupada por él?” sin perder el ritmo, hace una oferta que se derrite y se revuelca en mi corazón, “podríamos ir a buscarlo si prefieres tenerlo aquí con nosotros”

 

Me encanta que él lo entienda, a pesar de sus horribles primeros años, los Grey le han dado el regalo de un hogar estable y amoroso, su afecto indestructible en el rostro de su quebrantamiento lo nutrió para convertirse en el padre maravilloso que sé que será para Chris. Es el epítome de agri – dulce: que él nunca conoció amor paternal incondicional cuando era un niño pequeño pero, que él está dispuesto y es capaz de darlo ahora.

 

Trago en contra de la repentina sequedad de mi garganta y sacudo mi cabeza, abrumada por enésima vez hoy. Le doy una sonrisa cálida; la luz que sé que alcanza mis ojos, “Gracias, esa es una oferta hermosa pero no” acuno su mandíbula en mis manos, dejando que mi dedo pulgar acaricie el crecimiento espinoso de su barba de varios días, “Tu me impresionas, la forma en cómo has aceptado a Chris” sacudo mi cabeza, asombro fresco de todas sus capacidades que llenan mis pensamientos. “Tu. Ya. Eres. Un. Padre. Increíble. Me. Encanta. Que. Lo. Ames.” Pincho en su pecho con mi dedo, pronunciando cada palabra para darles énfasis.

 

Su expresión, que al principio era divertida se torna seria, “Yo lo amo” dice simplemente. Hay un afán posesivo en sus palabras que conozco muy bien, es algo a lo que solía tener miedo, pero he aprendido a adorar de él. Él ama totalmente, completamente, hasta el punto de apropiarse y ahora, tanto Chris como yo somos suyos – para siempre.

 

Me hace sentir segura y emocionada por nuestro futuro juntos. Con ambas manos acerco su rostro más para besar las últimas sombras de su solemnidad. Él cierra sus ojos, pasando su nariz por la mía, “Lo siento por no confiar en ti, déjame recompensarte”

 

Hay una nota de suplica definida en su voz baja, lo que demuestra que él no se ha perdonado a sí mismo, incluso cuando yo ya lo supere. Sin duda su odio a si mismo labora ese coctel poco saludable de remordimiento y falta de valor hacia él. Sé que él cree que lo amo pero, ¿cree él que se merece ese amor?

 

“Christian” mi acento es suave, dulce, seductor, “Se acabo, lo entiendo. Por favor, déjalo ir” dejo que mis dedos acaricien su cabello mientras lo sostengo cerca.

 

Viniendo de mí, parece hacer caso omiso de su estado de ánimo inquietante pero, me deja con una preocupación persistente acerca de lo que piensa. Es tan fácil perder de vista que tan frágil es su mundo emocional, especialmente con su personalidad de negocios – sobresaliente y más larga que la vida misma.

 

Él entrelaza sus dedos con los míos y luego besa la palma de mi mano mientras caminamos hacia el ahora fuego rugiente. Junto con las velas encendidas y los cojines de satín dispersos que se propagan frente a la chimenea, añaden un aire árabe exótico al salón.

 

Un rápido giro de su muñeca hace estallar el corcho del champán con un suave plop, luego llena nuestras copas de cristal y me entrega una a mí. Él observa mi mirada, su semblante en su mayoría en la sombra pero por las llamas que juegan al lado de sus rasgos angulares, solo revelan su lujuria provocativa arremolinándose en sus ojos. Él levanta la copa en un saludo romántico hacia mí que reconozco con una sonrisa coqueta, todo esto muy consciente del aura sensual que se impregna a nuestro alrededor. Levantando mi copa, la choco contra la suya, “Por nosotros”.

 

Somos imágenes idénticas el uno del otro, trayendo la copa para tomar un sorbo, el cosquilleo efervescente antes de probar las burbujas heladas que acarician y tantean el paladar, primero afrutado y luego seco mientras se desliza hacia abajo, tentadora y refrescante.

 

Todo esto mientras que nuestras miradas se mantienen pegadas, atrapadas y embelesadas mientras nos bañamos en las ondas del deseo, mirando al otro para revelar las pistas sexys que traicionan nuestra excitación. Los labios abiertos, la respiración rápida, los ojos pesados, la precipitación de una lengua ansiosa tocando los bordes de los labios, todo eso agravando la carrera del hormigueo por mi espina dorsal.

 

Debe ser lo mismo para él, porque agarra mi copa y la coloca sobre la mesa a un lado. Apenas me doy cuenta del breve momento de la atención rota antes de que él este ardiendo delante de mi otra vez. Una mano jala el lazo en mi cintura, la otra deslizándose debajo de la bata para sacarla desde mi hombro, “Quiero verte”.

 

Su voz grave envía un perno directo a mi centro, haciéndome maullar y que haya una fuga en el medio de mis piernas. En lugar de tocarme, él da un paso hacia atrás, deshaciéndose de su bata, que deja caer a un lado sin cuidado.

 

Mientras tomo en cuenta los planos definidos de su cuerpo escultural tengo una revelación. Si a mí me encanta mirarlo y admirarlo tanto que me excita, se debe traducir en una reacción similar para él. Mentalmente me encojo de hombros fuera de cualquier timidez que sienta por desnudar mi cuerpo, moviendo mi cabello sobre mi hombro para pararme más erguida, orgullosa.

 

El efecto en Christian es inmediato, claro y con fuerza se voltea, golpeándome fuerte con montones frescos de deseo. Sus ojos soñolientos profundamente agradecidos, él da un paso hacia mí, “Nunca puedo tener suficiente de ti” Su pulgar acaricia mis labios, luego traza sus dedos por mis mejillas, mi cuello, el oleaje de mis senos y sobre el punto tenso de mi pezón.

 

Mis ojos se entrecierran mientras él saca un gemido ronco de mi garganta, mi voz involuntariamente respondiendo a los escalofríos prometedores que su toque ligero trae. “Acuéstate en los cojines nena, boca abajo” su susurro gutural me baña en su cálido aliento, su cercanía haciendo que mi boca se voltee para ofrecérsela pero él no compadece. Un dedo solitario y perezoso traza la línea de mis labios en su lugar; forzándome a abrir a los ojos para ver porque estoy siendo negada.

 

Encuentro una sonrisa torcida y pecadora, a segundos de convertirse en una línea severa para recordarme de que me han dado una orden. Me acuesto en el piso, agradecida de que mis rodillas débiles no tienen que sostenerme ante la fuerza plena embestida de la pasión de Christian.

 

Un segundo más tarde, lo siento ponerse a horcajadas en mi cintura, emoción golpeando a través de mis venas mientras me pregunto que ha planeado. Lo siento doblarse encima de mi espalda y colocando mi cabello a un lado, lentamente peinando mechones hasta el final. Todo mi cuerpo se estremece en deleite, el simple placer flechando directamente a mi sexo inflamado.

 

Aun arqueado sobre mí, él pasea sus manos por mis brazos y agarra mis muñecas para deslizarlas hacia arriba, por encima de mi cabeza. Sus manos cálidas se deslizan por mis costados, más allá de mis axilas, la curva de mis senos aplanados, hasta mis caderas. Estoy soportando casi todo su peso ahora mientras yace con su pecho a mi espalda, la longitud rígida de su pene situado entre las nalgas en mi trasero.

 

Con su boca en mi oído puedo ir su respiración más áspera y dura, “Tengo la esperanza de que sea capaz de durar un poco más esta vez, quiero pasar algún tiempo aquí” manos seguras se desplazan entre nuestros cuerpos y agarran las nalgas de mi trasero, dándoles un apretón firme.

 

Se ríe suavemente cuando mi cuerpo se pone rígido en estado de shock. Siento la punta afilada de su lengua en mi oreja, luego me pone a gusto, “No es lo que piensas. Relájate nena, quiero darte esto, por tu maravilloso regalo de hace un rato” él acaricia con su nariz detrás de mi oreja, absorbiendo el aroma concentrado de mí.

 

Finalmente llega el elogio que estaba esperando pero, estoy preocupada de que aun se esté sintiendo culpable, “Tu…”

 

“Silencio nena” me amonesta con una firmeza agravada, “Estoy haciendo estoy porque lo tengo que hacer, porque quiero, estoy desesperado por pasar algún tiempo familiarizándome con tu cuerpo delicioso”

 

Por Dios, ¿Qué más ha estado haciendo él estos dos días? Al menos sus palabras acaloradas han puesto mi mente hiperactiva en reposo y cierro mis ojos de nuevo, lista para cualquier cosa sensual que a este hombre hábil, excéntrico y viril se le pueda ocurrir.

 

“Sin mirar a escondidas y te quedas quieta, sabes lo que pasa si no lo haces” Él está de nuevo en posición vertical, ambas rodillas plantadas a cada lado de mi cintura, mi espalda despojada por la pérdida de su calor.

 

“¡Si señor!” digo, medio en broma pero siento los muslos de Christian tensarse alrededor de mi.

 

¡Mierda! ¿Presioné mucho? Él dijo que no estaba listo para ese juego aun.

 

“Sra. Grey si sigue con eso, no voy a durar un minuto más sin follarte hasta que pierdas el sentido y te vas a perder de tu regalo” se oprime sobre mi espalda, la evidencia de su amenaza concreta innegable. Sus labios rozan mi cuello mientras habla; su forma arqueada sobre mí una vez más.

 

¿Por qué eso es tan jodidamente excitante?

 

Cada musculo que tengo se contrae en exquisita anticipación, codiciosos de ver su advertencia en acción. Él se da cuenta de mi respiración aguda y audible, “Es bueno saber que estamos en la misma página. Entonces, ¿Quieres tu recompensa Sra. Grey?” su sarcasmo burlón me tiene sonriendo.

 

“Si, por favor” Mi voz sin aliento, necesitada no suena como la mía, absurdamente reveladora.

 

Escucho un clic luego un chorro y luego como Christian se frota vigorosamente sus manos. Un segundo más tarde sus grandes manos están trabajando en mi espalda frotando suavemente a lo largo de ella. Una mezcla de fragancias exóticas llena mis fosas nasales: Sandalo, Ylang – Ylang, Rosas – todo sumándosele al tema árabe picante.

 

Mmmhhh, un masaje.

 

Su talento en este departamento está a la par de cualquier profesional, además él tiene la ventaja de llevar su sexualidad inherente a la mezcla. Hace que este masaje adquiera un nuevo significado; puede que nunca sea capaz de ir a un día de spa de nuevo.

 

Es delicioso porque sus dedos trabajan rápidamente cada nudo de tensión pero, deja cierto uno que otro manojo de nervios más y más desesperados por la misma atención. Con él sentado sobre mi medio, mi pelvis no tiene ninguna opción por la fricción que sé aliviará un poco la aflicción creciente que se generó allí.

 

Siento a Christian ir hacia abajo, sobre la curva de mi trasero y hasta la mitad de mis muslos. Se empuja para pararse sobre sus rodillas, “Levanta ese hermoso culo para mi” Hay un hambre ronco en su orden que me lleva a creer que él está sintiendo los efectos de su masaje tanto como yo.

 

Levanto mi trasero, empujando un poco hacia atrás, hacia el espacio que él ha creado entre sus piernas abiertas, una punzada de miedo por lo desconocido intensifica mi ritmo cardiaco. Christian mete un par de cojines debajo de mi vientre, dejando efectivamente mis nalgas hacia arriba y en completa exhibición.

 

¡Oh mi!

 

Él se acomoda, pero no vuelve a sentarse, esta vez prefiere quedarse sobre sus rodillas. Oigo llenar sus manos con más aceite aromático, para luego calentar rozando suavemente sobre mi trasero. Sus manos amasan y se deslizan sobre las curvas redondeadas y las mismas cimas de mis muslos, llegando oh tan cerca de los labios hinchados de mi sexo, que está pidiendo inquieto incluso por el más pequeño de los toques.

 

¡Urg! Mi frustración creciente tiene la necesidad de construir, superando cada más alto a un lugar donde no soy capaz de frenar mis gemidos dentados cada vez que pienso que va a tocarme y a activarme, explotando desde adentro hacia afuera.

 

Cada pasada de sus manos trae más sangre corriendo, humedeciendo mis ya hinchados labios empapados – dejándome tan sensible, mis sentidos cerca de cerrarse bajo su deliciosa tortura.

 

“Por favor Christian. Por favor” las palabras salen estranguladas y roncas, mis manos están arañando frenéticamente, pateando ante los tirones con las respiraciones cortas y jadeantes, de repente no estoy segura de si esto es una recompensa deliciosa o un castigo cruel.

 

“Aguanta nena” su murmullo – gemido tenso me da esperanza; él está palpablemente y peligrosamente cerca de su límite. Luego concede mi ferviente deseo, finalmente con las palmas juntas como en una plegaria, sus manos se estiran entre mis muslos, arrastrando lentamente, insoportablemente sobre los labios húmedos fruncidos que sostienen el paquete apretado inconmensurable de placer, instantáneamente enviándome en estremecimiento irrevocable.

 

Los estremecimientos que sacuden mi cuerpo son tan poderosos que arquean mi torso en una curva casi antinatural cuando grito su nombre con fuerza. Antes de que el último espasmo decaiga, Christian se introduce en mi apertura apretada, raspando y pasando sobre los nervios sensibles que envían una nueva oleada fresca de sensaciones corriendo a través de mí.

 

El gemido gutural arrancado de su pecho mientras él finalmente se permite perseguir su propia liberación me inflama en el comienzo de otro orgasmo afilado. Nuestra carrera mutua se convierte en un impulso visceral, que consume todo y cegador que nos trae chocando como la fuerte ruptura de un maremoto en la costa del éxtasis.

 

¡Carajo!

 

Para el momento que recupero mi aliento y abro mis ojos, dejando que el mundo real se filtre de nuevo en mi subconsciente, Christian está sobre mí, la manta de su calor retrocediendo lentamente. Los cojines debajo de mí, desalojados de alguna manera, la sabana de satín vuelta un desastre en la estela de nuestra fusión crucial y apasionada.

 

Christian abre un ojo y me sonríe, su mejilla presionada al suelo al lado de mi cabeza. Él gruñe, reconociendo mi sonrisa saciada y dormilona. Él se libera suavemente de la cuna de mi espalda y me pone en el hueco de su brazo. “Luces bien follada Sra. Grey”

 

Mi cuerpo está pesado, miembros aún gelatinosos y temblorosos, “mmmhhh”

 

Se ríe en voz baja, “Tomaré eso como un sí” se inclina más cerca, besando mis parpados cerrados. “¿Puedo preguntarte algo?”

 

“¿Mmmhhh?” espero que no involucre ponerme de pie, pienso para mi mientras me cierno en el mismo borde del sueño, agotada y gastada.

 

“Respóndeme y te llevo a la cama. ¿Podemos tener otro bebe?”

Link para el capitulo 26

 

16 thoughts on “Capitulo 25

  1. Mariana says:

    el final fue genial!!!! espero con gran emoción el sig capitulo, y una vez más felicidades x este trabajo que haces y muchas gracias 😀

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  2. fanny rebellon says:

    Hombres siempre celosos y algo inseguros, ellos creen que se las saben todas, fue una noche caliente y es que con cristian siempre son así 50 Sombras no repite el siempre busca una variedad a la hora de hacer el amor por eso es tan especial gracias Monique, excelente capitulo, y Kereny mil gracias por esa magnifica traducción y por darnos un ratico de tu tiempo un beso amiga.

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  3. kasleal says:

    OoOoO nooo me parece muy corto un solo capítulo y tener q esperar 15 para el proximo

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    • KereCB says:

      Jajajaja Kasleal a veces son semanales, depende de la vida real. Y a veces son 2 a la semana… Así que cruza los dedos para rogar que esta semana sea ligera en mi trabajo y pueda dedicarle mas tiempo a las traducciones…
      Un abrazo
      Gracias por el apoyo…

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  4. Ana says:

    Mejor imposible, ademas ese final estuvo genial 😉 Gracias Monique, me encanta tu historia y Kare eres genial en tu traduccion, gracias.
    Asi que aqui estare, cruzando los dedos de las manos y los pies. Para que no estes tan complicada con tu trabajo y en lo personal. Logrando asi, mas tiempo a traducir nuevos capitulos para sus fans. Un fuerte abrazo para ambas.

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  5. Janitzia Berrido says:

    JA,JA,JA,JA…..OTRO BEBE!!!!La verdad es que Christian es sumamente genial y espectacular no pierde tiempo para nada y en el momento más inesperado le propone a Ana algo inimaginable. Me imagino la reacción de Ana en el próximo capítulo, ja,ja,ja…..Grey es un amante espectacular y sus defectos quedan pequeños (celos, inseguridad, autodesprecio, posesivo) a la hora de compararlos con sus virtudes. GRACIAS, GRACIAS MIL!!! MONIQUE Y KERE POR DARNOS MAS DE NUESTRO AMADO GREY!!!!!

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  6. Felia says:

    Muy buenos capitulos, no puedo esperar al siguiente.

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  7. Martha Liliana says:

    No deja de sorprenderme esta historia…es excelente Monique gracias a ti y a Kerecb por tan estupendo trabajo.

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  8. andrea valenzuela ulloa says:

    hay diois anastasia yono lo pensaria dos veces….que capitulo dios mio….

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