Capitulo 39

Mi cuerpo estaba en llamas, la sangre palpitando a través de mis venas. Ver a Christian desecho en su éxtasis era impresionante y me sentí un poco más confiada de que iba a obtener mi recompensa, porque, en lo respecta a placer, eso fue fenomenal. Christian se inclina hacia delante, acunando mi mandíbula con ambas manos, me levanta de la silla para un beso sofocante.

Él dejó todo lo que tenia dentro de mí como si yo fuera un vaso vacio que necesitaba llenar. Saboreé amor, deseo pero también probé precaución. Me recordó a la pregunta con la que me fui a dormir anoche, la misma con la que me desperté esta mañana. ¿Cómo puedo probarle que estoy aquí para quedarme?

Una mano se deslizó desde mi mandíbula a mi cuello y hacia mi pecho, esparciendo su semen cálido a lo largo del camino. Me dio la impresión de que me estaba marcando, reclamándome para calmar sus dudas. Obviamente yo necesitaba la luz de su vulnerabilidad para ver la clave que estaba justo en frente de mi; una que he puesto en efecto sin ni siquiera darme cuenta del valor que esa herramienta iba a terminar teniendo. Era algo que ahora sabia que, iba a verificar los lazos irrevocables que tenia con él.

Christian terminó nuestro beso, dirigiendo su atención a mí, “¿Cómo estás Sra. Grey? ¿Eso estuvo bien?” Su mirada estaba buscando, perforando en la mía, buscando ver como estaba manejando nuestra primera intrusión en lo excéntrico.

Con mis respiraciones cortas y punzantes, las mejillas encendidas y un agarre violento sobre sus bíceps fuertes, no me podía imaginar que no supiera. “Desesperada por más, por ti” logré sacar las palabras, el deseo dejando mi voz gruesa mientras parpadeaba mi mirada hambrienta de lujuria.

Su mirada intensa se volvió melancólica mientras él buscaba la toalla pequeña que había escondido en la cama. “Puedo decir lo mismo Sra. Grey; nunca puedo tener suficiente de ti. Si pudiera, pasaría mis días enterrado dentro de ti” él miró hacia abajo para probar su punto, lo que era una semi-erección después de su abundante eyaculación, ahora estaba inequívocamente listo para una segunda ronda. Lentamente empezó a limpiar los fluidos de mi cuello y de mi pecho, concentrándose en la tarea. Yo estaba atragantada con la desolación de sus palabras; odiaba que aun pudiera escuchar la incertidumbre subyacente.

“Me gusta dejar algo de mí en ti” reflexionó, con el ceño fruncido mientras confirmaba lo que yo estaba pensando hace un minuto.

Mi momento había llegado, era momento de jugar mi carta triunfal. “Hay algo más que te puede gustar” susurré, con mi tono juguetón mientras me preparaba para darle las noticias que esperaba sacudiera lo suficiente sus pensamientos para alterar su percepción de precaución.

“¿Y dígame, por favor, que es Sra. Grey?” ronroneó, lentamente empujándome hacia la pared. Sus manos descansando sobre mis hombros mientras me conducía. Mercurial hasta la exageración sus ojos estaban brillando con un toque de picardía, su boca estaba curvada con toda la intención lasciva del mundo. Cualquier rastro de solemnidad desterrado a un compartimiento en su mente que él rara vez pone en el show.

“Tengo algo para ti – o mejor dicho – no tengo” No podía resistir jugar con él, provocarlo con mi delicioso manjar. Tuve que emplear la ayuda de mis dientes para frenar la sonrisa gatuna de juego que está en tira y afloja con mi cara seria simulada.

“Mmmhhh” reflexionó, su sonrisa ensanchándose mientras sus ojos se convirtieron en una sombra fundida que envió un fuego lamiendo a mi sexo. “Me encanta recibir regalos de ti nena, pero si no lo sueltas, te voy a torturar para que me lo digas” posicionó sus manos a los lados de mi cuerpo, descansándolos sobre mis costillas, pero sabía que la quietud de ellas era engañosa. Esos dedos podían acariciar con amor como también podían hacer cosquillas con incursión despiadada – todo en un abrir y cerrar de ojos. Su toque sutil no me estaba engañando, no con sus dedos preparados para atormentarme.

Por mucho que quería seguir provocándolo, mi cuerpo estaba demandando la atención que sabía que era para mí – tanto por mi presentación estelar de hace un rato como por lo que estaba a punto de compartir. Además, no tenía a donde ir, atrapada como estaba por su largo cuerpo clavándome a la pared, su pierna firmemente afianzada entre las mías. No podía evitar apretarla con mis muslos por un intento de alguna preciosa liberación.

Christian siguió la corriente, flexionando su muslo en mi apretón para que pudiera rozar mi sexo contra él. Con una sonrisa de complicidad, encontró mi mirada, revoloteando mientras jadeaba ante el placer bienvenido. Sus dedos largos acariciaron mis lados ligeramente, sus puntas eran un mero susurro en mi piel – un deslizamiento enloquecedor que estaba en algún lugar entre sensual y delicado. Gemí, olvidándome de mí por un minuto.

Me estremecí cuando Christian agregó otra capa a su sensación de ataque. Su mentón robusto, sin afeitar se posicionó en el hueco de mi cuello. A juzgar por su gemido a él le provocó inmenso placer en pasar su barba rígida y sombría por encima de mi piel hipersensible.

Piel de gallina corrió por mi espalda como un escalofrío, y por todas mis extremidades febriles. No había duda de la repentina lubricación que ha aliviado el roce entre nuestros cuerpos unidos. Mi pulso palpitante era ya un testimonio de mi placer, si esta era su versión de tortura, la aceptaría cualquier día.

Él agarro mis dos muñecas, asegurándolas sobre mi cabeza y como si hubiese leído mi mente, él se apodero de todo mientras murmuraba contra mi cuello. “Es mejor que hables Sra. Grey, fácilmente puedo voltearte y ver que tan rosado puedo poner tu muy bonito culo pequeño” para añadir credibilidad a su amenaza, su mano libre agarró mi trasero, hundiendo sus dedos en la piel suave mientras él gruñía, en el placer, en advertencia – no estaba segura.

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No hizo nada por amortiguar mi necesidad, de hecho, el deseo pinchó junto con un disparo de adrenalina que atrajo su promesa. “Ahh” maullé descaradamente. Lamí mis labios candentes, secos de sus besos y de mis respiraciones rápidas. Empecé en una respiración fuerte. “Tu amiga, la doctora que vino a verme, ¿La Dra. Blair?” mis palabras fueron inestables con necesidad, entrecortadas.

“Mh-hm” logró decir entre lamidas decadentes que su lengua picara arremolinada a lo largo de mi cuello, ahora que había empezado a hablar de nuevo.

Le susurré mientras él encontró un punto particularmente erógeno en mi oído, mi cuerpo corcoveado en de él. “Yo uhm…” él mordió mi oreja, el picotazo rápido de dolor aclarando mi mente justo lo suficiente para terminar la frase. “Le pedí que removiera mi DIU” (Dispositivo Intrauterino)

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Christian se congeló, incluso su respiración entrecortada. En el silencio podía oír mi corazón palpitando a golpes contra su pecho presionado y estaba segura que él podía sentirlo moverse dando saltos mientras martillaba en su caja torácica.

Cuando habló lo hizo con su cabeza todavía enterrada en mi cuello, escondiendo su expresión de mi. “Pero tú la viste el sábado pasado. Tu dijiste que sólo lo considerarías una vez que la amenaza se terminara” Había algo en su tono que no podía entender, sonaba como temor pero, estaba esperando que fuera incredulidad.

Tuve que preguntarme si tenía un cambio de decisión. Los primeros hormigueos de inquietud resbalaron por mi espalda. “Lo sé” titubeé, “pero quería darte esto. Quería decírtelo en persona. ¿Estás… estás molesto?”

Levantó la cabeza de la cuna de mi hombro, luego suavemente rozo sus labios con los míos. “No, no molesto, solo espantado de cualquier cosa que pueda alejarte. ¿Qué te hizo decidir hacer eso?” él soltó mis brazos, tomando mi cara en sus manos en su lugar.

Yo acune sus mejillas, reflejando su ternura mientras sus ojos color plata se clavaron en los míos pero yo lo mire fijamente. En ese momento deje cada sombra de incertidumbre, cada gota de arrepentimiento y cada barrera de auto-preservación que tenia, en su lugar, para dejar el amor y la sinceridad pero más que todo, la sinceridad sangró en mi mirada hacia arriba. “Esta es la razón” traté de ignorar el vendaje blanco marcado en su brazo cuando puse mi otra mano sobre el bombeo constante de su corazón. “Quiero que creas y sientas y sepas que estoy aquí, en esto, contigo, a largo plazo. Sin reservas, sin dudas y más que nada quiero compartir la paternidad contigo. Desde el principio” mi voz se quebró; el recuerdo de mi culpa pesada, pegada como un nudo en la garganta.

Vi con fascinación y un toque de terror mientras las emociones revoloteaban sobre su hermoso rostro hasta que finalmente se estableció en una sola, una que coincide el color de sus ojos con la intensidad de la luz de esperanza que puedo ver amaneciendo. Su boca se dividió en dos, el arco de su sonrisa HD tan amplia como alegre.

Era – con las manos hacia abajo – el mejor momento de un coro angelical. Christian sin palabras no tenia precio. Aspiré un suspiro de alivio luego le ofrecí una sonrisa de respuesta antes de que sellara su boca sobre la mía, chocando. Este beso era algo completamente distinto. Se desató de mí; esa restricción firmemente enrollada se liberó, yendo desbocada en mis labios. Se sentía como si quisiera treparse dentro de mí, llevarme a un estado de sitio, hacernos uno solo más de lo que ya éramos en nuestra unión matrimonial.

“¿Tuviste tu periodo una vez que te lo quitaste?” él preguntó entre la loca fusión de nuestros labios.

¡Esa pregunta tan Christian! Pensé, casi servil en la intimidad impactante pero mi mente estaba ocupada en otra cosa, mis inhibiciones metidas en una esquina inaccesible. “Si” dije, mi rubor solo oscureciendo el color del deseo que ya llevaba.

“Eso deja siete días” sus palabras susurradas eran urgentes, habladas mientras se hundía y salía de mi boca con pasión frenética.

¿Siete días para qué? Pensé vagamente, demasiado poseída por él para preocuparme.

“Yo… Puedo… No… espera”  él gruñó, “Adrede” me besó profundamente antes de continuar, “dejar deliberadamente mi semilla dentro de ti para que crezca” la caída y elevación rápida de su pecho era suficiente para decirme lo emocionado que estaba por la noción y yo encantada con él, feliz de proporcionar el pegamento que podía remediar nuestras grietas.

Con las manos impacientes, me palpó, brutalmente con ganas de sentir cada curva y cada plano. Él estaba agradecido que lo acepté todo, sin dudar nada mientras me sostenía, mis manos empuñadas en su cabello, cada vez más desesperada por mi liberación pendiente. Una mano callosa y áspera, raspaba sobre mi piel, se clavó entre nuestros cuerpos para que él pudiera sujetar el borde de mis pantis. Un tirón seguro las tenía entre los labios de mi sexo, permitiendo que el trozo de encaje me diera la fricción que ansiaba.

Gemí – en voz alta, descaradamente, el mundo se caía a mi alrededor y yo me podía concentrar en él y sus habilidades alucinantes. Estaba agradecida por el apoyo de la pared detrás de mí cuando Christian se separó, con ojos entrecerrados y jadeando. “Quiero probarte. Quiero que te corras en mi boca”

¡Oh mierda! ¡Sí! Sus palabras sucias llegaron a mi sexo como un golpe, apretando mis músculos internos en vertiginosa anticipación. Ya podía sentir mi orgasmo creciendo, contrayéndose, cada caricia y beso cargándolo.

Se dejó caer sobre sus rodillas, tirando de mis bragas con cero respeto por el delicado encaje. Él fusionó su mirada con mi sexo, su mirada a nivel quemaba tanto como su toque lo hacía. Mi cabeza cayó sin descaro contra la pared mientras maullaba mi impaciencia. De nuevo mis dedos buscaron el agarre empuñado de su cabello, queriendo la fuerza de su boca en mí.

“Necesito las dos manos libres nena; necesito que me ayudes” el ruido bajo de su voz era increíblemente erótico mientras guiaba mis manos a los lados de mi sexo. Podía sentir sus respiraciones cargadas que me provocaban, calientes y húmedas; mientras doblaba dos de mis dedos, colocándolos a los lados de mis labios brillantes. Copie lo que había hecho en el otro lado, así que estaba agarrando los pliegues hinchados con ambos pares de dedos.

“Tira de los lados y sostenlos nena” ordenó y cuando cumplí casi convulsione malditamente al revelar, el temblor dejando mis piernas como gelatina. Mi grito era más como un gemido patético de necesidad. Mis labios ya no eran tímidos, escondiéndose entre mis piernas, ahora eran voluptuosos y regordetes, estallando hacia fuera como los labios arrugándose por un beso. No sólo estaban directamente delante de su boca ardiente pero también en mi vista completa. Podía ver el brillo de mi excitación, el centro jugoso asomándose a través de la raja a pesar de la llenura de los exteriores.

¡Oh mi jodido…!

Nos asombramos ante la vista por un largo minuto; ráfagas de respiraciones cortas antes de que él rompiera su mirada encapuchada. Volteando esas piscinas fundidas en mi, él me veía a través de sus pestañas mientras arrastraba su lengua a lo largo de mi raja, angustiosamente lento, se sentía como si mi piel estuviera ardiendo, derritiéndose. La sensación era asombrosamente diferente, como si los nervios moviéndose alteraran la forma en cómo ellos respondían.

“Aaahhh” dije en un soplo, algo para ayudarme a sobrevivir las sensaciones que iluminaban los centros de placer en mi cerebro mientras se disparaba a lo largo de mi columna vertebral. Me tomo ese segundo para darme cuenta de lo entrampada que estaba, a pesar de no estar atada no tenía mucha movilidad. Mi espalda estaba presionada contra la pared y mis pies extendidos ampliamente para dar cabida a la forma de rodillas de Christian. No había manera en el infierno de que yo moviera mis manos y con su cara enterrada en la cúspide de mis muslos, la única palanca que tenía era inclinar las caderas para incrementar la presión de sus estampidas. Pero dudaba que me dejara ir tan lejos con eso.

Una vez más lamió, empezando con un pequeño remolino de su lengua en el corazón de mi apertura, luego la deslizó más arriba, el breve contacto con mi clítoris sacudiéndome mientras estremecimientos sensuales me cabalgaban duro. Su brazo izquierdo se deslizó por mi cuerpo, donde sus dedos encontraron el pico tenso de mi pezón, apretándolo y rodándolo. Yo estaba cerca, tan cerca cuando las sensaciones se estrellaron contra mi cuerpo, todo convergiendo en ese paquete exigente de nervios que se enfriaron en el momento en que su lengua pasó sobre ellos.

Era el murmullo enloquecedor, el contraste entre el calor de su boca y el contacto refrigerante con el aire, la vista que tenía desde mi punto de ventaja mientras él me miraba, viéndolo lamerme, el tirón de mi pezón y finalmente el dedo pausado que empujó dentro de mí, bordeando justo dentro de mi entrada. Yo quería más de todo pero al mismo tiempo podía sentir la fuerza romper por encima de mí.

Él gimió su deleite antes de recompensarme con otra pasada larga de su lengua, esta vez chupando suavemente mi clítoris en el calor húmedo de su boca. Él la mantuvo allí, barriendo su lengua a lo largo de la parte inferior en movimientos revoloteados mientras su dedo, solo el primer nudillo de profundidad, estiraba y lentamente circulaba el borde de mi apertura.

“¡Oh, oh!” mis respiraciones tartamudearon. “¡Por favor!” me estaba asomando en el borde de un remolino de deseos conflictivos. Yo quería permanecer así – por siempre – derritiendo desde adentro con el puro placer de hacerlo, pero también quería que el placer viniera, que me rompiera de mi misma con la explosión cegadora que podía sentir que estaba viniendo rápidamente.

“¡Eso es! ¡Siéntelo nena, tómalo todo!” su voz ronca gutural audible por encima del sonido palpitante de mi sangre rugiente, luego aplicó su lengua de nuevo. Esta vez ferviente mientras él duplicó su ritmo de juego, el movimiento de sus lamidas volviéndose más cortas, calientes y enfocadas en donde las necesitaba. No había nada que pudiera hacer para contener el endurecimiento brusco de mis piernas y mi sexo cuando cambió la caricia suave de su dedo por un bombeo fuerte y rápido.

El orgasmo se apoderó de mí, como un espasmo de cuerpo completo que se enroscó apretado y quieto, encrespándose en si mismo luego se quebró con una explosión impresionante mientras me rendí, dejando que el estremecimiento me recorriera con la fuerza de una sacudida de 1000 voltios. La tierra tembló entonces, temblando solo para mí mientras él sacaba hasta la última contracción con su lengua, por el intento cremoso de mi liberación.

Santo puto infierno, mi cabeza estaba de hecho, dando vueltas pero no tenía tiempo de pensar en ello.

“¡Eso fue jodidamente hermoso!” rechinó, ya de pie, su cuerpo latiendo con una necesidad fresca y lo podía sentir instando a mis piernas a rodear sus caderas. Con la poca fuerza que tenía, levanté una pierna para que pudiera asegurarla a su alrededor. Rápidamente, con gracia, se dio vuelta y nos movió al banco nuevo. Me sentó en mi trasero y de nuevo cayó de rodillas en el suelo.

Instantáneamente su comentario anterior sobre la altura de la pieza se explicó. Nuestros cuerpos estaban perfectamente alineados para la penetración, él arrodillado en el suelo y yo encima del asiento.

Me dio una sonrisa maliciosa, seguro de sí mismo mientras se agarraba el miembro con su mano, acariciándolo. Me senté de nuevo, las piernas separadas y apoyándome en mis manos detrás de mi espalda mientras disfrutaba de su masculinidad viril, no por primera vez, maravillada por el hecho de que él es mío. Él pasa su cabeza suave a lo largo de mi raja, reuniendo toda la humedad brillante y reavivando los tejidos que yo pensaba estaban saciados después del agotamiento demoledor.

Alrededor de su boca veo el brillo de mi lujuria, brillando en la luz baja. Cuando él curva un dedo que me llama a acercarme, me acerco con entusiasmo, besando, degustando, amando la sensación de él ahora que era capaz de raspar con mis uñas los músculos marcados de su ancha espalda.

Gemimos juntos mientras nuestras lenguas lamian más profundo. Christian empujando dentro de mi boca para que pudiera tomarlo como yo sabía que él quería que lo tomara con mi sexo. El preludio al acto terminó con él emitiendo una orden hambrienta. “Date la vuelta, sobre tu vientre. Agárrate del borde. Estoy desesperado por follarte ahora Sra. Grey”

Su voz de barítono, su demanda me tenía luchando por obedecer en un instante. Encorve mis manos alrededor de la banca cuando me aplasté contra la superficie. En esta posición estaba extendida perfectamente, como si el asiento estuviera hecho con mis proposiciones en mente. Mis piernas colgaban al final y no estaba segura de que hacer con ellas mientras mis caderas se alineaban con el extremo del asiento. Todo lo que podía hacer era extenderlas, bien abiertas y balancearme en mis dedos de los pies flexionados.

Christian no perdió tiempo en ajustarme para adaptarme a sus planes amorosos. Agarró mis piernas por detrás, justo por encima de mi rodillas para expandirme más, cuidadoso de no forzar mis músculos que estaban todavía cálidos y flojos de mi orgasmo. Suavemente empujó hasta que mis piernas estuvieron completamente abiertas, recorriendo a lo largo del borde mientras ellas se unieron a la parte superior acolchada.

En silencio le agradecí a mi mamá por el suministro sin fin de DVDs de Pilates que me regaló en los últimos dos años, manteniéndome lo suficientemente flexible para mantener lo que era una pose de piernas completamente abiertas.

Estaría mortificada si no estuviera tan excitada – mi sexo completamente expuesto, abierto para lo que sea que él tenga en mente. Parecía que él iba a traer la habitación roja a nuestra vida cotidiana en la forma de piezas de mobiliario inocuas, cuyo verdadero propósito seria un secreto que solo los dos compartiríamos. La idea de que él obviamente había mandado a hacer este a la medida, diseñado para mí, para nosotros, envió a las mariposas en mi vientre en un aleteo salvaje.

El estiramiento en mi abertura inmediatamente me hizo sentir hueca, anhelando la plenitud que sólo su circunferencia podía darme pero él estaba jugando con nosotros, negando. Sus manos fuertes amasaron los globos suaves de mi trasero, sus dedos clavados firmemente en mi piel.

Su tono ronco se derritió a mí alrededor. “Tienes un culo magnifico Sra. Grey. Me encanta mirarlo” sus palabras eran casi sin aliento mientras jadeaba. Sabía que su mirada de tormenta estaba clavada en el valle entre mis nalgas y todas las delicias que tenían allí.

El goteo resbaladizo de lubricación que mi cuerpo produce cada vez que él se acercaba era ahora más cerca de ser un chorro. Su gemido grave llenó mis sentidos cuando flameó a través de mí. Mientras sus dedos masajeaban mi culo, los movimientos rozando mi clítoris contra el asiento más adelante con la imprevisibilidad enloquecedora, podía sentir sus dedos pulgares a cada lado de mi entrada – presionando, empujando, suavemente haciendo palanca a los lados para distanciarlo el uno de otro. Era deliciosamente tortuoso, haciéndome extremadamente consciente del vacío creciente que simplemente tenía que ser llenado.

“¡Christian! ¡Por favor!” le rogué en una súplica campal, sin importarme lo desesperada que sonaba.

Él susurró su excitación pero nos hizo esperar, siempre construyendo capa sobre capa de necesidad. “¿Qué quieres nena? ¡Dime!” su pregunta entre dientes vino a través de su mandíbula apretada. Me deleitaba en el hecho de que él también estaba colgando de un hilo. Su necesidad se hizo obvia por su agarre nervioso, frenético de mi trasero, sus manos casi temblando mientras se sostenían al puñado de piel.

“¡Por favor folláme!” grité, casi sollozando con deseo.

Las manos de Christian se deslizaron a la parte superior de mis piernas, agarrándolas en un embrague feroz para mantenerme en el lugar. “Agárrate bien nena, va a ser duro”

No tenía duda de que iba a serlo y lo quería así, duro y brutal era la única manera de saciar esta quemadura consumidora. Él se estrelló contra mí, la fuerza de su empuje me balanceo hacia delante y rasgó un grito ronco de alegría desde mi garganta. No tenía tiempo de ajustarme a la intrusión, no tenía tiempo para pensar. Sus caderas, pintoneando, establecieron un ritmo castigador, su columna rígida arrastrando sobre mis músculos sexuales. Cada empujón sacudió el brote extendido entre los labios de mi sexo, el ritmo implacable y uniforme, era la estimulación perfecta para encenderme.

Con mi cabeza girada hacia un lado pude ver a Christian desde la esquina de ojo. Él era magnifico, perfectamente elaborado. Su cabeza estaba echada hacia atrás, los músculos del cuello y hombros estaban definidos, por el esfuerzo. Si no lo conociera mejor, podía decir que su cara era una máscara de dolor pero sabía que era éxtasis mientras sentía como mi sexo lo apretaba con codicia.

“¡Aaahhh!” le oí aspirar una bocanada de aire discordante luego pidió mi liberación, “¡Córrete! ¡Ahora!” sus palabras eran mucho más duras de lo habitual, su contención agrietándose bajo el poder de su propia liberación eminente.

Jadeando y desenfrenados caímos. A toda velocidad, imparables, compartimos una carrera frenética hacia un final espectacular, pulsante y con espasmos, juntos. Su pecho sudado cubrió mi espalda febril mientras se derrumbó sobre mí, escurrido, pesado y fuerte.

El peso de él sobre mi era justo lo que necesitaba, la gravedad trayéndome a tierra de nuevo luego del momento espectacular alterante que acabamos de compartir. “Guao” solté, un poco abrumada.

Aún sin aliento y sin perder el ritmo, se jactó. “Estamos para complacer Sra. Grey”

Me reí se su arrogancia juguetona. A pesar del barniz de la broma, la ligereza repentina del estado de ánimo que conocíamos, por debajo de todo, los dos estábamos profundamente afectados. Por ahora no había necesidad de diseccionarlo a morir, el momento había hablado por sí solo. El regreso a casa, la reaparición del alter ego Dominante de Christian y la decisión indeleble de tener otro hijo, todo dramáticamente profundo y esperanzador, el final, asentando un cambio en nuestra relación incipiente.

Suspiré, felizmente enroscada en el brazo de Christian cuando él rodó sobre su lado, tirando de mí para acurrucarme hacia su forma. Nos quedamos en silencio, ambos procesando de nuestra propia manera, mientras una hermosa canción se filtraba desde el iPod, conmovedoramente acorde para el momento – “Underneath” de Adam Lambert

Gracias a Grueblue por la sugerencia de canciones.

Link para el capitulo 40

44 thoughts on “Capitulo 39

  1. palolita velandia says:

    Oh Dios mio este fanfic es lo máximo no saben como agradezco el esfuerzo de Kereny en la traducción y el de Monique al haber sido la mente maestra detras de esta bella y maravillosa historia Gracias por el esfuerzo! ❤

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    • KereCB says:

      Gracias Palolita! Bienvenida al Meander… Asì es Monique nos ha regalado una maravillosa historia…
      Un abrazo!
      Gracias por el apoyo y por tu comentatario 🙂

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  2. mell18 says:

    que buen capitulo termine respirando entrecortadamente jajajajjajja,,, es un trabajo maravilloso ,,, muchas gracias chicas por su dedicación tan hermosa… me hacen la semana

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  3. 04163668218 says:

    Capitulo caliente Waw , el sexo con grey siempre sera así, y lo mejor variado eso del sexo en los senos fue genial, y ahora Ana a atenerse a los métodos del sr grey para embarazarla, vamos a ver qie inventa, gracias Monique magnifico y Kereny gracias amiguis eres genial y vaya si lo disfrute un besote.

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    • KereCB says:

      Jajaja Fanny, si se que eres tu… Ya voy conociendo como se expresan cada una 🙂 gracias como siempre por el apoyo y por tus comentarios… Si ahora se viene una nueva etapa para esta pareja….
      Un abrazo! 🙂

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  4. 04163668218 says:

    El comentario es mio Kereny no se porque salio el numero jajajaja

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  5. 04163668218 says:

    De fanny rebellon jajajaja

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  6. Martha Liliana says:

    Cada capitulo supera al anterior….es fantástico, este encuentro tenía demasiada carga tanto emocional como de deseo y lujuria por la separación y la angustia mutua por regresar……..me encanta la manera de Ana de asegurarle a Christian que su compromiso de quedarse es serio….otro bebe …bello bello. Me encanta la narración detallada de sentimientos, sensaciones, pensamientos…..es tan waw!!!!… y mas a ti Kerebc por la magistral traducciòn!!!!! gracias por haber sido juiciosa esta semana con la entrega del capítulo…lo extrañe mucho la semana pasada…….auxilio soy una adicta !!!! jajaja 🙂

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  7. danger3crazy says:

    Dios! Que historia.! He reído, he llorado, he suspirado. He querido matar a Ana como también a Christian y he querido ser Ana jajajajaja pero me encanta esta historia. Me tomó una semana llegar al 39 y se me va a hacer eterna que llegue el próximo capítulo traducido. Estoy muy enganchada en esta historia, me encanta tanto como la original. Con decir que deje de leer el tercer libro por estar enganchada aquí. Jajajaja ten piedad y no demores.

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    • KereCB says:

      Hola Danger3Crazy! Bienvenida, que bueno que te ha gustado la historia d Monique 🙂 Sin embargo no dejes de leer el final del 3er libro, te va a encantar tambien… Empezando a trabajar en el cap 40. Un poco de paciencia para el prox 🙂
      Un abrazo y bienvenida

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  8. palolita velandia says:

    Aww es bonito ser parte de esta sexy historia y apoyarlas con mi lectura desde el primer capítulo me tiene volando es lo maximo. Por si acaso hay otras curiosidades en español me encantaria leerlas. se nota que monique se inspiro para dejar al descubierto miles de maravillas y detalles unicos de Mr Grey ❤

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    • KereCB says:

      Hola Paoplita! Gracis por tus comentarios… A que te refieres con curiosidades??? Monique ha escrito capitulos individuales, que espero traducir una vez que termine el fanfiction, así que paciencia amiga 🙂
      Un abrazo y gracias totales por el apoyo
      Kx

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  9. Atnaileh says:

    Hola, claro que no dejaré de leer el final del libro. Es sólo que no he tenido el tiempo. Me encanta como Mónica nos ha mantenido enganchadas con cada palabra, nos a sabido hacer imaginar cada gesto, cada situación. Agradecele de mi parte, que la felicito mucho. Y también gracias a ti por traducirnos tan magnífica historia, ustedes 2 nos hacen transportarnos a ese mágico mundo y nos lo hacen vivir en primera persona.

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    • KereCB says:

      Gracias a ti Atnaileh por tus comentarios, claro que si Monique siempre recibe sus comentarios y esta muy al pendiente de las lectoras en español, para mi como siempre es un placer poder ayudarles con la historia… Un abrazo!

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  10. palolita velandia says:

    Por curiosidades me refiero a mas escritos de ella, se me hace muy interesante el trabajo de monique. Me hace feliz saber que vas a traducir más de su trabajo muchas gracias por tu trabajo de traducción y un gran aplauso a monique por su imaginación y trabajo y por ser tan bella de compartirlo con nosotras ❤

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    • KereCB says:

      Ahhh ok Paolita, pues si ella ha escrito como te dije historias cortas con capitulos unicos, pero ya llegare a ellas despues de terminar el meander. Aparte tambien ha escrito algo sobre la serie de Crossfire, es muy bueno… Gracias por el apoyo!

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  11. Janitzia Berrido says:

    Bueeeno. Santísimo!!!!… Este capítulo fue todo suspiros, suspiros y suspiros. Lo leía paralizada. Estoy en el aire. Fue el mismísimo estilo Don Christian Grey en su máxima expresión. Lo disfruté 100%!!Ayyy me fascinaron las palabras que Ana le dijo a Christian con el objetivo de que él sienta seguridad y confianza de que ella no se volverá a marchar. Y lo del embarazo es la mejor prueba para que nuestro pobre Grey pierda ese temor. GRACIAS, GRACIAS Monike y Kere. Las ADORO y las ADMIRO!!!!

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  12. elisa says:

    cuamdo subiras capitulo nos tienes muy abandonadas

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  13. guille says:

    Hola estoy fasinada con la historia esta buenisma nadamas que no encuentro el capitulo 34 me pueden mandar el link gracias

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  14. Janitzia Berrido says:

    Hoola Kere estamos esperando el capitulo 40. Espero que estes bien. Te queremos mucho!!!!

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  15. Fanny Rebellon says:

    Amiga nos tienes abandonadas, espero saber pronto de ti un beso, disfruta esas merecidas vacaciones.

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  16. mell 18 says:

    te extrañamos 1000 @kereCB espero que te la estes pasando pasando super bien, para duando regreses nos des la maravillosa contunuacion de esta preciosa historia tkm ❤ ❤ ❤ ❤

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  17. Pucha 😦 cuando estara el próximo capítulo 😭 siguela porfis!!

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  18. mell 18 says:

    @monique lain tu historia es perfecta… gracias por compartirla con nosotras…

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  19. KereC says:

    HOLA CHICAS, ESPERO SE ENCUENTREN BIEN.
    YA ESTOY DE REGRESO DE UN TIEMPO LIBRE QUE ME HE TOMADO. Y DESDE YA PONIENDOME AL DÍA CON TODO, ENTRE ESO LA TRADUCCIÓN DEL MEANDER, NO CREAN QUE LAS HE OLVIDADO… JAMAS!!! SOLO NECESITABA UN DESCANSO DE TODO.
    ESPERO PODER TERMINAR EL CAPITULO 40 PARA QUE YA LO PUEDAN LEER ESTE FIN.
    AGRADECIDA POR EL APOYO Y LA ESPERA (QUE SE HA SIDO LARGA)
    UN ABRAZO INMENSO E INFINITO COMO EL MAR
    KX

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  20. KereC says:

    Saludos Guille
    Un abrazo, Ya el Cap40 esta publicado, lo puedes encontrar en la barra lateral 🙂
    Kx

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  21. Claudia Henao says:

    Waaaoooo Monique que imaginación. Has resuelto brillantemente todas las situaciones. Felicitaciones 👏👏👏👏. Excelente traducción Keremy

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