Capitulo 46

Sentándome de nuevo, en la silla de la oficina de Christian contemplo las implicaciones de su obsesión por hacer un bebe. Con una risita recuerdo su mofa demasiado confiada sobre clavar justo en el blanco, pero no puedo evitar preocuparme que pasaría si no quedamos embarazados de una vez. ¿Qué tan decepcionado estará él y que tan responsable me voy a sentir? A pesar de la lógica fuerte y tenaz que se teje a través de la razón – el saber que la Madre Naturaleza va a tomar su propio curso sin importar nuestra influencia – puedo sentir que de alguna forma lo podría decepcionar. Dejando ir ese pensamiento cuando pasa por mi mente, lo meto en mi caja de discutirlo-con-Flynn, encantada conmigo misma por tomar acción antes de que se desate cualquier cosa.

 

Con un golpe en la puerta, la presencia de Collins me trae de regreso con una bofetada de mi vuelo mental, “Sra. Grey, Cindy Mitchell está aquí para una breve introducción, y para finalizar su contrato. En vista de que ella estará pegada a su lado, pensé que a usted le gustaría conocerla.”

 

Sonriéndole a Collins por su amabilidad me levanto y lo sigo, curiosa de conocer a la mujer que va a tener en sus manos el cuidado personal de mi hijo y el mío.

 

La Sra. Mitchell es tan estereotipada que tengo que reprimir una risita. Su cabello está amarrado en un moño tan apretado que me pregunto si ella siente los pinchazos de dolor durante el día. Sus hombros son anchos, redondos con las protuberancias típicas de alguien que se entrena para ser grande. Su piel oscura es clara, completamente sin adornos con maquillaje un poco en sus largas pestañas con un paso de mascara. Los aros diminutos de oro que cuelgan de sus oídos, alusión a la feminidad pero su reloj la desmiente con pedazo macizo que por lo general es reservado para hombres. Está usando unos pantalones negro marcado, funcional pero bien cortado, la chaqueta cortada a la cintura, resplandeciente sobre caderas-rectas de hombre. La mano que sostiene para mí está moldeada con venas en relieve, otro indicio de que ella no es extraña al uso del gimnasio. De hecho, no me sorprendería en lo más mínimo si ella fácilmente celebro su enfrentamiento en contra de cualquier Neanderthal lo suficientemente estúpido como para agitarla – en definitiva – una verdadera Amazona.

 

Con la presentación de Collins las curvas de su boca se mueven con una sonrisa, sus ojos marrón-whisky de buen carácter, “Sra. Grey, es un placer conocerla.”

 

No puedo evitar devolverle la sonrisa, sorprendida por su amabilidad, algo que no veo muy a menudo en sus colegas fornidos, “Igual, es un placer Cindy y llámame Ana por favor” su saludo de mano es firme, seco y me infunde una confianza tranquila.

 

Siento la banda de oro identificando su dedo anular, el metal levemente más cálido que la piel de su mano. Casada me doy cuenta, asombrada como siempre con Christian y su capacidad para cubrir hasta el más pequeño de los detalles. Si voy a tener una guarda espalda femenina al menos él lo balancea con el hecho de que ella es casada. Es entrañable, una de las muchas maneras que me trata como a un igual – esto es, hasta que ya no lo hace – entonces me arrasa en la sumisión cuando cruzo alguna línea relacionada a mi seguridad, sin embargo, debo reconocer que incluso su motivación siempre viene de un lugar de amor y preocupación más que de la necesidad pura y bruta de control. Cuando un suspiro pequeño pasa a través de mis labios, me doy cuenta de que no me molesta de la misma forma que solía, que cuando dije que no cambiaría nada de él incluye su prepotencia. Es parte de quien es él, tanto como los planos impresionantes de su cuerpo, las líneas afiladas de su rostro, o su corazón que era tan negro por el abuso y que floreció con el amor.

 

Sus ojos agudos se mueven hacia Collins, observando su negación con la cabeza, “Mejor no ma’am,” ella me guiña el ojo “no querría meterme en problemas, y por lo que oído tengo trabajo para rato con usted”

 

¿Qué? No debería sorprenderme que ella haya sido informada a fondo pero eso no para la mortificación de escozor en mis mejillas. Balbuceo, mis ojos desorbitados con sorpresa mientras encuentro a cualquier lugar donde mirar menos a ella.

 

“Uhm… Yo no…” forcejeo, me enfrento inútilmente por palabras que podrán fin a una vergüenza que se multiplica por el hecho de que ella me cae realmente bien.

 

“Está todo bien ma’am” dice ella, aún en calma, aún sonriendo. “Usted solo va a tener que aprender a confiar en mí lo suficiente como para no escapar en momentos de apuros.” Con un encogimiento de hombros indiferente ella me mira de una forma que me hace sentir medida.

 

Expulsando una respiración a través de la O de mi boca, encuentro el acero que a veces alinea mi columna vertebral, mi deseo de ser lo que Christian necesita, anulando mí pesar. Fusiono mi mirada con la de ella, inyectándole a mi voz la bravuconada que es difícil de lograr cuando estás con un rubor rojo brillante de vergüenza, “Creo que puedo manejar eso.”

 

Su sonrisa se amplia, sus ojos brillando con manchas de color ámbar, “Excelente. En ese caso, estoy deseando trabajar con usted.”

 

Las dos nos volteamos al sonido de Collins, liberando lo que debe ser un soplido de celebración nerviosamente contenido, mi rubor pasando a la punta de sus orejas junto con nuestras miradas divertidas femeninas.

 

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En la tarde un e-mail de mi marido dispara los latidos de mi corazón a un ritmo raro.

 

De: Christian Grey

Asunto: Cena con mi esposa caliente

Fecha: 11 de noviembre 2016 12:11

Para: Anastasia Grey << ===== esposa caliente

 

Mi querida Sra. Grey,

Tengo una reunión inesperada con el gerente del Club Mile High esta tarde, ¿Por qué no te unes a mí para cenar allí después? Mi madre se reunirá conmigo en Grey House para llevarse mi vestidor y ella amablemente se ofreció a cuidar a Chris en Escala esta noche.

 

Laters Baby.

 

Christian Grey.

Gerente General, Grey Enterprises Holdings Inc.

 

Oh, una cita esta noche con Christian pienso emocionada. La última vez que estuvimos en su propiedad de la Torre Columbia me hizo quitarme las pantis, y me provocó con la intensión despiadada de un soldado sin siquiera tocarme. Me ruborizo recordando el paseo al piso setenta y seis en ascensor, sus dedos inquisitivos sumergiéndose sin prisa dentro y fuera de mi mientras estábamos de pie tranquilamente – al menos para el observador casual – en la esquina del elevador lleno de gente.

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Llevando mis pensamientos en un meandro travieso un plan de pronto me viene a la cabeza. A la luz de la misión encubierta de mi esposo para hacer un bebe y en el espíritu de sus maneras eróticas atormentadoras, el Sr. Hacedor-De-Bebe Cincuenta merece una venganza. Tengo la sospecha de que esta cosa del sexo cada-dos-días es más duro para él que para mí; espero que su deseo residual juegue a mi favor. Y considerando que mañana es el día catorce, mi día de ovulación, apuesto a que él está dispuesto a guardar su esperma hasta entonces.

 

De: Anastasia Grey

Asunto: Cena con el esposo más caliente  – ¡Ese eres tú!

Fecha: 11 de noviembre 2016 12:29

Para: Christian Grey

 

Mi querido Sr. Grey,

 

Te escribo para notificarte que tu esposa caliente estará encantada de aceptar la oferta de tu mamá de cuidar a nuestro infante y te acompañaré a la cena.

 

Eso es todo.

 

Anastasia Grey.

Esposa, Madre, Cocinera, Gata sexual y encantada, pronto autora de Grey Publishing – Mi título es más largo que el tuyo…. 😉

 

Presionando enviar siento la emoción haciéndome cosquillas en el vientre. Estoy aliviada de que nuestras vidas no están del todo en espera con la locura de otra amenaza en el fondo y con la multitud de paparazzi empujando como locos en cada una de nuestras entradas y salidas. Una vez más hemos saltado a este matrimonio con la cabeza primero. Con Chris añadiéndole toda una nueva dinámica, odiaría que nuestra prisa disminuya el lazo que siempre requiere de mucho mantenimiento.

 

De: Christian Grey

Asunto: Títulos

Fecha: 11 de noviembre 2016 12:34

Para: Esposa muy titulada.
Mi querida Sra. Grey,

 

La longitud no lo es todo – yo gano.

 

Christian Grey

Gerente General, Grey Enterprises Holdings Inc.  Hombre Feliz.

 

Como siempre Christian tiene una manera de superar mis expectativas. Aquí estaba yo esperando un e-mail divertido de broma, pero en lugar de eso escoge una cosa aparentemente insignificante, convirtiendo nuestro potencial combate de palabras en un gesto romántico que rivaliza fácilmente sus mejores esfuerzos. Calidez, admiración, deseo, – todas se expanden en mi, en la fluidez sinuosa de nuestro amor, construido ahora en mi tan indeleble como mi propio código genético. Soy una chica muy afortunada.

 

De: Anastasia Grey

Asunto: Ajuste de titulo

Fecha: 11 de noviembre 2016 12:48

Para: Christian Grey

 

Mi querido Sr. Grey,

 

Tu belleza solo es superada por tu ingenio. Punto justo, bien hecho.

Te amo

 

Anastasia Grey

Esposa Feliz <<—— Titulo acertadamente ajustado.

 

El sonido de mi celular me hace sobresaltar, alejándome de mi lugar feliz de ensueño, la voz de Christian baja y espesa como la miel, “También te amo”

 

Como una tonta sonrió, mi cara prácticamente divida con la amplitud de mi sonrisa, “Yo te amo más” Escucho su gemido a través de su sonrisa. Me lo imagino con la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados mientras se empapa con las palabras que siempre parecen alimentar su alma.

 

“Anastasia” mi nombre en sus labios es un susurro, una súplica, una oración – como un suspiro de alivio.

 

Por un momento mis sentidos se transportan a Christian y a mi reunión de desayuno en el Conrad en Miami, el día después de que me lo encontré en el zoológico. Él me dijo entonces, por primera vez, y sin lugar a dudas, como mi presencia en su vida lo había cambiado, como lo había afectado en la duración corta de nuestra relación antes de que yo lo arruiné todo de nuevo.  Al igual que en aquel entonces, volví a oír su necesidad en el hilo de su tono. No solo la poderosa atracción física de su cuerpo, sino también la profundidad de su deseo emocional hacia a mí. Aferrándome a la preciosa revelación, dejo que el peso de la misma, incline la balanza con la que mido mi valor.

 

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Si quiero tan siquiera hacer una grieta en la determinación concreta de mi esposo en el apego al horario para hacer un bebe voy a necesitar toda la ayuda que pueda conseguir para mi plan descarado de seducción, empezando con una depilación. Por mucho que Christian esté dispuesto a concederme cada uno de mis caprichos no creo que dejar Escala para un tratamiento de belleza va a obtener su aprobación. Cuando le informo a Gail de nuestros planes de esta noche, ella rápidamente me ayuda a organizar una visita a casa de una esteticista.

 

A lo largo de la tarde la conversación que Christian y yo compartimos pasa por mi mente, sus palabras taponeando los muchos agujeros que mi inseguridad ha perforado a lo largo de los años. Me entusiasma la forma en que refuerza la confianza en mí misma, haciéndome sentir como nueva. Y Gail es un ángel, ayudándome a entretener a Chris mientras me consienten.

 

Con una piel recién exfoliada, sin vello púbico y brillante, me aventuro en mi armario en busca de algo que lo deje con la boca abierta. Encuentro lo que necesito, un vestido coqueto minúsculo, tan corto que voy a tener un momento difícil para convencer a Christian de que no es un top. Mareada con poder femenino, paso mis dedos por los pliegues del vestido de chiffon desnudo. Me encanta la calidad traslucida, nublada de la tela, difundiendo la vista del color piel de debajo lo suficiente para hacer que te preguntes si está allí en lo absoluto. Los pliegues del escote empiezan en la línea del cuello, primero apretado y luego cayendo en una línea A flotante que se moverá halagadoramente cada vez que yo lo haga. Tiras finas sobre mis hombros aseguran que el look de casi-allí no se eche a perder.

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Me rio cuando me doy cuenta que el vestido viene con su conjunto de ropa interior, cortado con la misma tela que la funda. El sujetador es strapless con una cantidad decente de soporte, sosteniendo el derrame de mis senos en redondos tentadores, el valle entre ellos oscureciendo con la profundidad mientras se asoman desde el escote. La panti es una tanga pequeñita, sin costuras siendo prácticamente invisible.

 

En el baño sigo con mi tema bajo perfil, terminando mi rostro con un bronceador, pestañas con máscara negra como el carbón y un brillo labial puro con toques de oro. Mi cabello liso, contra mi espalda como la caída del agua. Mi caja de joyas, produce unos aretes estilo candelabro de un oro antiguo, combinados perfectamente con perlas de agua dulce color crema. Un aroma exótico, con la fragancia de especias y lirios es lo último que aplico antes de entrar en un par de tacones desnudos, asesinos por supuesto.

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En el espejo veo a una criatura impresionante, no a mí. Aparentemente no hay nada como el resplandor de la autoestima para que una chica se vea bien. La sonrisa que se dibuja en mis labios es por mis pensamientos, ansiosa y emocionada por ver como la noche será un éxito. Escojo un abrigo largo para protegerme del frio hasta que lleguemos al club, luego meto en la pequeña cartera lo esencial porque es lo único que puede contener.

 

Después de un beso al aire, para salvar mi maquillaje Grace me empuja hacia atrás por los hombros para observar mi atuendo. Sus ojos brillan con picardía, su boca cae en una sonrisa torcida mientras asienta con la cabeza su aprobación.

 

“Sospecho que vas a tener toda la atención de mi hijo esta noche” me dice, su sonrisa expandiéndose en un rayo cuando ve mi rubor tímido.

 

“Eso espero mamá” le digo, un poco nerviosa por el brillo conocedor de sus ojos, “Gracias por cuidar a Chris esta noche. Él está emocionado de verte.”

 

“De nada Ana” ella acaricia la parte superior de mi brazo, su expresión cálida, “Tengo muchas ganas de verlo también” bromea, dejando caer su mirada a mi vientre, “a él y a mi nuevo nieto” ella me da un guiño exagerado, uno que dice tu secreto está a salvo conmigo, aunque yo no tengo un secreto todavía – creo.

 

Trato de ocultar mi sorpresa, pero su observación es un campo tan desconocido que me traiciono por el grito de asombro.

 

Ella se ríe como una niña, obviamente deleitada por su información privilegiada “Él me dijo; quería saber si había algo que pudiera hacer para ayudar en el proceso” ella hace unas comillas al aire alrededor de la palabra proceso, retorciendo sus cejas sugestivamente.

 

Solo me puedo reír, medio avergonzada, y medio divertida pensando sobre el Christian adulto teniendo la conversación de las abejas y cigüeñas con su mamá. Si tenía alguna duda que Christian necesitaba un poco de tortura seductora, ellas dejan una ráfaga junto con las inhibiciones que he estado albergando. ¡Hora del juego Sr. Grey!

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Collins me escolta hasta el piso setenta y seis antes de unirse a Taylor en algún lugar cercano. El Club High Mile es cada pedazo tan opulento como lo recuerdo. Luces bajas que centellan como diminutas estrellas, dándole al espacio grande un ambiente romántico que es complemento con el suave tintineo del Gran Concierto, y un excelente servicio discreto. La decoración es sobria, elegante, haciendo uso total de la vista espectacular de Seattle que es visible a través de las paredes de vidrio a su alrededor.

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Una vez que he entregado mi abrigo, no camino mucho mientras me pavoneo a través de las mesas, enfocándome en mi presa –mi esposo- que es, y hasta ahora, ajeno a mi llegada. Junto las miradas de admiración que recibo como flores, alimentando mi confianza mientras camino. Como si sintiera las cabezas volteando hacia a mí, Christian levanta la mirada de su Blackberry, su expresión blanda se ha caído, junto con su mandíbula. Levantándose de su silla, golpea la mesa en el primer movimiento sin gracia que lo he visto hacer. Mi diosa interna está drogada volando por los cielos con nuestra aparente atracción, y nunca me deleito con ella por la reacción de él.

 

Cuidadoso de no hacer una escena rodea la mesa, saludándome con un beso en la mejilla para dar acceso a mi odio a su susurro entre dientes, “Por Dios Ana, ¿En donde coño están los pantalones? ¿Estás tratando de darme un maldito paro cardiaco?”

 

Imperturbable sonrío, viéndolo a través de mis pestañas pesadas, aleteándolas lentamente, “Esto es un vestido tonto” juguetonamente le doy un golpecito en su brazo, jugando a ser ajena, “uno de los que hiciste que tu estilista eligiera para mi” paseo mis dedos por su pecho, usando los botones de su camisa como peldaños.

 

Sus dedos se enroscan alrededor de mi brazo, sus ojos oscuros traicionando su excitación, a pesar de su ceño fruncido, “¿En dónde está tu abrigo?” gruñe, mirando a su alrededor, contando los pares de ojos en los kilómetros de piernas que tengo al descubierto.

 

Ladeo mi cadera, empuñando mis manos en la cintura, “Sr. Grey no voy a arruinar este hermoso atuendo que me compraste con un abrigo, además, estás siendo muy grosero” digo a través de la burbuja de las risas que luchan por escapar, su cara una imagen de horror a mi acusación. Contando con mis dedos, enumero sus ofensas en forma de burla, “He venido todo el camino por la ciudad para unirme a ti para una cena, aun así no recibo un beso apropiado, no me ofreces tomar asiento, o un trago, ni siquiera recibo un te ves hermosa,” hago un puchero, esperando a que salgan sus buenos modales.

 

Recibo más que una ganga cuando Christian se da cuenta de mi jugada, dándole a todo el restaurant un espectáculo. Un brazo posesivo se pasa alrededor de mi cintura, acercándome de manera agresiva, su fuerza para anclarme lo único que me mantiene de volcarme peligrosamente en mis tacones altos.

 

Pasando su boca a pocos centímetros de la mía habla en una voz muy baja, “Créeme nena, luces lo suficientemente caliente como para inclinarte sobre la mesa y follarte hasta el próximo año”

 

Un segundo después su boca está sobre la mía, besándome con una intensidad feroz que me deja mareada.

 

Cuando ya ha terminado conmigo, me hace hacia la derecha, dándole al vestido una mirada de disgusto. “Vestido mi culo. Esa cosa va directo a la basura cuando lleguemos a casa,” murmura sombríamente, “Creo que la Srta. Action me debe un maldito rembolso”

 

Todavía gruñendo se mueve detrás de mí, escudándome con su cuerpo mientras me guía hacia la cabina de media luna. Totalmente satisfecha escondo mi sonrisa, no sólo era ese exactamente el resultado que estaba esperando, si no la privacidad de esta cabina se adapta a mi plan perfectamente, la mesa en frente de nosotros está ubicada estratégicamente para ocultar mi provocación.

 

Encorvando mi cuerpo hacia el suyo cruzo mis piernas mientras Christian se mueve a mi lado, dejando que el vestido se suba por mis muslos.

 

“¡Por Dios!” escupe, recién irritado cuando mira las pantis desnudas asomándose por el triangulo entre mis piernas dobladas y lo indecentemente alto de mi vestido. “¡Ni siquiera te puedes sentar en esa cosa!” entrecerrando sus ojos hacia a mi atrapa mi mirada divertida, “Estás tratando de matarme ¿verdad?”

 

Mi risa es suave, tintineante, casi tímida, “No seas tan dramático” me inclino hacia adelante, dándole una vista privilegiada de mis senos mientras paso mis dedos a través de su corbata. Me encojo de hombros, sin mirar su mirada que siento está ardiendo por mí, “Sólo quería lucir bien para ti”

 

Lo escucho tomar una respiración. Capturando mí muñeca antes de que pueda suavizar su corbata una vez más, llevando mi mano a su boca. Primero muerde y luego besa un par de mis dedos, antes de empujar mi mano debajo de la mesa, rozando su erección, “Esto es lo jodidamente bien que te ves” dice a través de sus dientes apretados.

 

Si la tienda en sus pantalones es algo por lo cual guiarse el Sr. Grey todavía anda en comando (sin ropa interior), y así nada más es mi turno para jadear, un destello de deseo rayando en mis pantis. Me retuerzo bajo su mirada evaluadora, el color de sus ojos tornándose en ese liquido claro de necesidad pura.

 

“Y no ayuda a mi situación” levanta una ceja para mi, mirándose hacia abajo, “pensar sobre el hecho de que tú podrías muy bien estar sentada aquí, embarazada de mi hijo”

 

¡Santa mierda! Trago, parpadeando ante el estruendo ronco de su voz, sus palabras encendiendo mi sangre.

 

Se sienta de nuevo sobre el respaldo de su silla, mucho más feliz ahora que me ha sorprendido “Tu sabes que no soy bueno compartiendo, especialmente mucho menos una mierda de ti” deslizando un dedo debajo del tirante de mi vestido, justo debajo de la clavícula me acaricia la piel con la palma de su dedo. A pesar de que está molesto, está igualmente excitado, su mirada perezosamente pasando sobre las curvas que está con ganas de tocar.

 

M pellizco mi labio inferior con mis dientes, “Tú no tienes que compartir. Soy toda suya Sr. Grey” esta vez agarro su corbata, acercándolo para un beso firme. Su mano agarra el muslo expuesto que tengo para él, sus dedos clavándose en mi piel en un agarre deliciosamente duro.

 

Saltamos separándonos, yo riendo, él parpadeando cuando el camarero se aclara la garganta a un lado de nuestra mesa, evidentemente listo para tomar nuestra orden.

 

Christian pasa una mano por su cabello, rápidamente recuperando el control de sí mismo antes de que con aspereza retumba una orden de salmón escalfado, vegetales y la ensalada de la casa. Si el camarero se inmutó por el tono de Christian, no lo demuestra, llenando de manera eficiente nuestras copas con vino espumoso antes de ir a realizar el pedido.

 

“¿Qué, no hay ostras hoy Sr. Grey?” lo provoco, pensando que va a hacer alguna broma sobre nuestros libidos que no necesitan ninguna ayuda.

 

“Uhm, no” dice, inquebrantable. “Nada de mariscos crudos cuando estés embarazad”

 

¡Por Dios! ¿Hay algo de este tema que él no sepa?

 

“¿Sabes? Podría no estarlo. Puede tomar un tiempo; no sabemos cuánto tiempo tomará para las hormonas del DIU salir de mi sistema” Aunque sé que él no va a oír hablar del tema yo siento la necesidad de manejar sus expectativas.

 

Él sonríe, su expresión tan arrogante como atractiva, y yo se la devuelvo con la mía, porque sé su pequeño secreto.

 

Sobre el hombro de Christian puedo ver a un hombre en la otra mesa, no por primera vez notando que él mira mucho a nuestro lado, tal vez demasiado. Él no sonríe o mira para otro lado, simplemente mira fijamente con un interés abierto.

 

Cuando Christian ve mi ceño fruncido, voltea su mirada a mi línea de visión, “¿Qué pasa nena?”

 

Al instante el hombre mira hacia otro lado, uniéndose a la conversación en torno a su mesa. Hay algo extraño en él, no del todo vestido para un establecimiento como este, sin el aplomo tranquilo de otros comensales que pueden permitirse el escandaloso precio de la membrecía anual de los gastos del club. La última cosa que quiero es levantar las sospechas de Christian por alguna sensación vaga que tengo. Eso, junto con lo escaso de mi atuendo, me pone en una situación de no quejarme sobre una apreciación flagrante de los extraños.

 

Le vuelvo a dar mi atención completa, sonriendo cálidamente, “Nada. Háblame de tu día. ¿Cómo te sientes del brazo?”

 

Christian me da los mejores momentos de su día, que halagadoramente incluye mi e-mail y nuestra llamada telefónica, y yo hago lo mismo, hablándole de mi reunión con Cindy. Discutimos nuestros planes con Elliot y Kate, y me regocijo al ver la emoción de Christian por ver a su hermano y de llevar a Chris a casa de Grace.

 

Mi estomago se anuda con nerviosismo cuando me dice que el proceso del cambio de nombre de Chris está prácticamente terminado, y que la notificación será enviada a José quien aparentemente todavía está en una locación en las Bahamas. No tengo idea de cómo va a tomar José la noticia. Juego con la idea de enviarle un e-mail preventivo pero dejo la discusión inevitable con Christian para más tarde. Si él resulta ser el malo de la película me llevo una gran parte de la responsabilidad por tales acciones. Todavía hay una parte de mí que le cuesta creer que él sería capaz de llegar a tales extremos, tal vez esperando ingenuamente que si juego agradablemente él va a dejar ir cualquier rencor que pueda tener.

 

Ambos nos volvemos reflexivos, tranquilos por un minuto antes de que Christian tome mi mano, “¿Recuerdas lo que dijiste el otro día, queriendo que hablará claro sobre ciertos aspectos de mi pasado?”

 

Su tono acusatorio me hace mirar hacia arriba; su foco intensamente en mi, “Si” acento lentamente, no muy segura de a dónde va la conversación.

 

Asentando con la cabeza, engancha nuestras miradas, “He estado pensándolo. Taylor y yo tuvimos una reunión con un publicista respetado, solo para tener su punto de vista. Todavía hay mucho que discutir pero quería saber si tu todavía estás a bordo con la idea?”

 

Estoy y no estoy. No hay forma de que pueda engañarme a mi misma en pensar que sería una brisa. No la parte real de la exposición, si no el hecho que va a colocar a Christian en un lugar sexual intrigante que llamará a las mujeres hacia él como una sirena. Lo ves con las celebridades todo el tiempo, el público cree que es tu dueño, que eres presa fácil para cualquier fantasía retorcida de la cual se entretienen. Tampoco soy ajena a como las mujeres pueden ser despiadadas para conseguir lo que quieren. Por el otro lado, ¿Hay otro regalo más grande que le pueda dar, libertad de una vida libre del miedo a la exposición?

 

Reúno cada onza de mi valor, dándole a mi esposo una sonrisa beatifica, “Absolutamente” le confirmo, mi voz clara, convincente, empujando la ansiedad a la parte trasera de mi mente.

 

Cuando nuestra comida llega, capto la mirada curiosa del hombre sobre nosotros una vez más, el malestar que siento solo intensificándose cuando me mira lascivamente. Temblando, volteo la mirada hacia mi comida, esperando que esté imaginando cosas.

 

Por supuesto, la comida está deliciosa, robando un suave gemido de mí que hace reír a Christian, “Me encanta verte comiendo nena” él ronronea de una manera que hace que suene a pecado.

 

No puedo evitar brillar y ruborizarme intensamente. Sus palabras, su tono, incluso su mirada sobre mí como las caricias suaves de un amante. Halagador y distractor, todo eso hace que me enamore mucho más de él.

 

Supongo que él ve su adoración reflejada en mi expresión cuando gime, “No me mires así y luego esperes que me comporte. Estamos en un lugar público Sra. Grey” su voz es gruesa con deseo, negando completamente su advertencia.

 

Sonrío, coqueta y con confianza, “¿Cómo que Sr. Grey? ¿Cómo si te amara? No lo puedo evitar, es la verdad” me encojo de un solo hombro, incapaz de esconder mis sentimientos por él, incluso si quisiera.

 

Oigo el silbido de su inhalación, sus labios se abren para acomodarlo, “Vamos a llevarte a casa para que puedas ser follada Sra. Grey, antes de que te tome aquí mismo y le dé a los tabloides algo de qué hablar”

 

Mi corazón se detiene, luego empieza con un pulso de calor entreverado entre los dos, “Buen plan Sr. Grey” me las arreglo para decir a través de mi boca seca, “Solo necesito ir al baño”

 

Él asienta con la cabeza bruscamente, murmurando algo sobre el vestido indecente mientras me deslizo fuera de la cabina.

 

Estoy aliviada de ver que el tipo raro de la otra mesa se ha ido cuando paso en mi camino a los baños. Adentro, me refresco, arreglando mi maquillaje rápidamente; ansiosa de unirme a mí esposo amoroso. En mi salida jadeo cuando encuentro al desconocido embobado del restaurante apoyado en la pared en la intimidad relativa del pasillo sin salida.

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Él captura mi cara de sorpresa en la puerta del baño, los destellos del flash estallan como guiños maniáticos desde donde él sostiene la cámara abajo, un ángulo deliberadamente poco favorecedor, que estaba, por lo menos inicialmente, fuera de mi línea de vista. Veo que trabaja con la cosa ofensiva con una soltura, como si fuera una extensión de su brazo, al mismo tiempo una sonrisa burlona como si él supiera algo que yo no.

 

Protectoramente levanto mi brazo, volteando mi cabeza de los destellos cegadores de la luz. Sofoco el estallido de pánico en mi vientre cuando me doy cuenta que es un paparazzi, su gran interés en nosotros explica su trabajo desagradable. Puede que sea un hijo de puta lascivo, pero con Christian, Taylor y Collins cerca, todo lo que tengo que hacer es alejarme de él. Me muevo alrededor de él, un poco desorientada por los flases insistentes pero me intercepta, deteniéndome.

 

“Ah, vamos Sra. Grey, dele al hombre un descanso, solo responda un par de preguntas amistosas” intenta engatusarme, sonando de todo menos sincero. Cuando me muevo al otro lado, me bloquea de nuevo, dejando caer su acto amistoso y una bomba, “¿Por qué mintió sobre el padre biológico de su hijo? ¿Usted engaño a Christian Grey para que se casara con usted? ¿Usted y el Sr. Rodríguez estaban conspirando para chantajearlo con el niño?”

 

Ira, o más bien furia pasa a través de mí con la fuerza de una sacudida de 1000V. Me detengo, dejando caer mi brazo para mirarlo, “¡Fuera de mi camino!” grito, lágrimas de frustración quemando mi garganta. Aprieto mis dientes, obligándome a no empeorar las cosas diciendo algo que él va cambiar en los tabloides mañana.

 

En ls forma de un verdadero paparazzi levanta la cámara, sosteniéndola cerca de mi cara, cegándome en su búsqueda de algo lo suficientemente antagónico como para hacer que me quiebre, “¿Así que no lo niega? ¡Eso es bastante jodido! ¿Qué hay de su hijo? ¿Hizo usted…Oooohhhhhhhffff”

 

Por un momento estoy confundida, no puedo entender lo que está pasando en la luz baja del pasillo, mi visión todavía afectada por las fuertes ráfagas de luz del flash. Siento un brazo pasar alrededor de mi cintura, llevándome mientras algo se acelera a mi lado. Instintivamente sé que estoy en los brazos de Christian, su cuerpo escudándome de lo que sea que esté sucediendo.

 

Sus palabras urgentes finalmente se filtran a través de mi cerebro aturdido cuando su rostro aparece en mi enfoque, “¿Estás herida nena? ¿Ese hijo de puta te tocó? ¡Nena! ¡Háblame!” me da una sacudida suave, su expresión aprensiva.

 

Sacudiéndome también, niego con la cabeza mientras veo a Taylor sacar esposado y con la nariz ensangrentada al paparazzi, luchando contra sus ataduras, y escupiendo feas amenazas de litigio. Por el aspecto de Taylor, él debe haberlo derribado mientras Christian me quitaba del camino.

 

“Gracias, joder” dice antes de aplastarme contra su pecho.

 

Las lágrimas amenazantes de antes se han ido, el shock manteniendo mi mente agradablemente adormecida mientras Christian me escolta, escondida firmemente bajo su brazo, para buscar mi abrigo. Lo agarra luego me ayuda a ponérmelo, abotonando y colocando mi cabello por debajo, cuidando de mi como solo él sabe hacerlo.

 

Nos vamos con Collins, sus hombros tensos y su mirada de un lado a otro, la aproximación de los paparazzi haciéndolo más vigilante. Taylor con la policía, dando su declaración y nosotros en camino para dar la nuestra.

 

Christian agarra mis manos, entre las suyas, “Nena, ¿quieres presentar cargos en su contra?”

 

“No lo sé” digo vacilante, “Lo último que quiero es antagonizarlos, y no quiero darles una razón para intensificar su escrutinio hacia nosotros, pero estoy indignada de cómo se comportó él,” Y las fotos, pienso como una ocurrencia tardía, encogiéndome. Puedo imaginar las imágenes en primera página de algunas revistas sórdidas mañana.

 

Asentando con la cabeza, él tiernamente pone un mechón de cabello detrás de mi oreja. Como si estuviera leyendo mi mente, me tranquiliza. “No habrán fotos nena, Taylor se aseguró de eso. Y no te preocupes porque esto salga a la luz, si él quiere hacer un centavo de su trabajo él dejara esto de lado. Voy a sacar provecho del mercado y asegurarme de que él nunca más vuelva a publicar nada, si tan si quiera él intenta poner los ojos sobre ti.”

 

¡Que le sirva! Pienso desagradablemente. La poderosa fuerza de Grey Publishing llevando a la ruina a un miembro de los paparazzi debe ser muy intimidante. Me inclino, acariciando su mejilla, “Gracias” presionando un beso agradecido en sus labios, pienso si debo presentar cargos, “Estoy bien para hacer una declaración pero no creo que quiera presentar cargos, si te parece bien.”

 

Christian me abraza hacia él, besando la parte superior de mi cabeza, “Por mucho que desprecio lo que hacen creo que eso es lo mejor de dos males. Si demandas a uno, ellos conspiran para hacer de tu vida un infierno”

 

“¿Cómo supieron ellos? Sobre el cambio de nombre de Chris” pregunto, perpleja de repente, ya que aún no ha sido finalizado.

 

“Hemos tenido que presentar documentos en la Oficina de Estadísticas Vitales, una vez que es un registro público, y con la atención que hemos tenido de la prensa, no estoy del todo sorprendido de que cavaron lo suficiente para averiguarlo. Esto es por lo que odio que husmeen, ellos encuentran mierda, y la cambian…” sus palabras se desvanecen, su mandíbula apretada con molestia mientas mira por la ventana, perdido en el mundo que pasa.

 Link para el capitulo 47

 

20 thoughts on “Capitulo 46

  1. Janitzia Berrido says:

    Gracias Mil Kere, por el capítulo. Siempre sin desperdicios y dejándome con deseos de mas. Me encantó la frase de Grey en el e-mail: Hombre Feliz…Ayyy que bellooo. Y esa Ana no es fácil, buscándose lo que no se le a perdido con ese vestidito. Ja,jajaja. Un Abrazo caluroso desde República Dominicana!!!

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    • KereCB says:

      Janitzia gracias por tu comentario 🙂
      Jajaja Ana esta aprovechando de jugar un rato con Christian 😀 él es demasiado bello…
      Un abrazo
      Kx

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  2. Anel Lopez says:

    Gracias Kereny, haces un excelente trabajo aqui. Yo ya he leido la hostoria en ingles, pero no hay como la lengua neterna asi que estoy leyendo tus traducciones. Gracias a ti y a Monique. En espera de lo que sigue, besitos desde Nueva Caledonia

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    • KereCB says:

      Guao! Nueva Caledonia, al otro lado del mundo! Bienvenida Anel, gracias por tu comentario y el apoyo 🙂 Para mi es un placer inmenso poder hacer esto, y más aun recibir el feedback de todas ustedes desde cualquier parte del mundo. Un abrazo caluroso desde Venezuela 🙂
      Kx

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  3. guille says:

    Hola kere sigo fasinada con la historia gracias por tomar tu tiempo en traducirla saludos desde nuevo leon ,mexico en donde estas tu ? apenas publicas y ya quiero mas jaja saludos cuidate 🙂

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    • KereCB says:

      Guille me encanta que sigas fasinada con la historia, para mi es un placer traducir. Saludos hasta Monterrey, Nuevo Leon Mexico lindo y querido, te envio un abrazo desde Venezuela amiga.
      Saludos
      Kx

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  4. guille says:

    Gracias kere igualmente 🙂

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  5. gabriela says:

    hola amiga fasinada con la historia!!!!!cuando sube mas????saludis desde Ecuador

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  6. Lupita Fernández says:

    Hola que gustó saludarte de nuevo. No he dejado de seguir tus traducciones, y te estoy agradecida que te tomes el tiempo para hacerlas y compartirlas. Me gusta la historia. Te envío un fuerte abrazo desde GUATEMALA.

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    • KereCB says:

      Hola Lupita, que linda gracias! Es un placer saber que te guste la historia, y super agradecida por tu comentario y el apoyo… Un beso hasta Guatemala!
      Kx

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  7. susana says:

    Buenas, felicidades por la historia¡¡¡¡ estoy enganchada, por favor traduce los capítulos que faltan ,jajajajajaja, gracias

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  8. Vanessa Alvarez says:

    Muy buena esta novela adictiva total la leia por wattpad me he venido por q no puedo con la intriga gracias x darme las indicaciones para entrar a leerla

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