Capitulo 71 – San Valnetin Parte 1

Este es el Meander del Día de San Valentín, Parte I. Fue editado por Monique y las partes I y II serán posteadas como los capítulos 71 y 72 respectivamente.

Como siempre nos encanta saber lo que opinan y tener sus comentarios.

Monique está muy consciente que Febrero en Seattle es un mes gélido, pero para los propósitos de esta historia, Seattle va a tener un encanto MUY cálido… Después de todo es ficción.J

Primer Día de San Valentín

Parte I

14 de Febrero 2017

Él está recostado allí, mirándola fijamente. De vez en cuando él estira su brazo para tocarla, porque, honestamente, todavía no podía creer que ella era de suya. Ha sido así cada noche desde que empezaron a compartir la cama de nuevo. Él se quedaba dormido, enroscado alrededor de ella como una enredadera, pero nunca se quedaba profundo, así que se despertaba alrededor de las 3 de la mañana y la observaba.

Su mente podía pasear por los recuerdos de ella, solo para asegurarse que los bordes nunca se borraran, y luego sus pensamientos se derivan hacia su hijo y a la bebe que está por venir. Cada vez que oía las palabras niños y suyos en la misma frase se sorprendía, lo sacudía como una chispa. ¡JODER! Él era papá. Ya era lo suficientemente difícil de creer que estaba casado con su salvación, y también tenía un hijo vivito y coleando, y si los ecosonogramas pueden ser confiables, una bebe pequeñita en camino que estaba seguro lo volvería cada onza de loco como lo volvía su madre.

En ese punto, generalmente sucedían dos cosas, y él repetía esa pequeña escena cada noche. Siempre empezaba con él examinando la vulnerabilidad de tener niños. Dios, que mierda es esa, pensaba para sí mismo. Estaba tan conectado a estos niños, tan irrevocablemente unido a ellos, que lo asustaba como la mierda. Y demonios, uno de ellos todavía debía venir a este mundo aterrador, pero desde ya él la amaba con toda su alma.

Dolor y placer, él le dijo a Anastasia una vez, eran dos lados de la misma moneda. Estaba siendo engreído en ese entonces, para tambalearla a ella con sus habilidades afinadas de seducción, pero era seguro como el infierno que eso había regresado a morderlo en el trasero. Nunca antes había tenido esa antología más clara ante él a pesar del contexto, y aquí lo hacia sonreír, había cambiado tan enormemente. El placer de tener un hijo para amar y el amor que él recibía a cambio eran suficiente para hacerlo caer sobre sus rodillas – pero la vulnerabilidad. ¡Oh Joder! La vulnerabilidad lo dejaba completamente al descubierto, destripado e incluso algunas veces magullado.

Mientras yacía allí ante la visión de su esposa hermosa y pensar sobre sus pequeños, él inevitablemente estaba atrapado por el miedo, que sabía era irracional, pero que nunca podía ignorar. Él tenía que revisar que su hijo estaba a salvo. Nunca escucho un sonido del monitor para bebes que ellos todavía usaban a pesar de que Chris ya había pasado la edad para usarlo, pero sus problemas de control nunca lo dejaban descansar en paz, si no fuera por eso y los cientos de cosas que ponía en marcha para asegurarse de la seguridad y bienestar de su esposa e hijo. Él estaba, al menos por ahora, confiando en su esposa sufrida en mantener a la bebe fuera de peligro – gracias a Dios por eso, pensó, sonriendo en la habitación oscura.

Cuidadosamente él se desenreda de Ana, odiando la pérdida de su calor suave contra su piel, que ansiaba su cercanía como una droga. Pensar que hubo un tiempo cuando él odiaba su toque lo hacía quererse patear a sí mismo. Se arrepentía de perder incluso un segundo de esa dicha, especialmente en la fatídica noche donde él la tuvo por primera vez.

Como si ella estuviera tocándolo a él ahora, sintió un escalofrío que recorría su cuerpo poderoso. Él haría casi cualquier cosa por regresar en el tiempo y tomar la virginidad de ella otra vez. Cuando él estaba encima de ella, su mano empuñando su longitud, su pene duro uniéndose a los labios húmedos de ella por primera vez, había una pequeña parte de él que estaba distraído por el pensamiento de que ella podía alzar su mano y tocarlo. En ese entonces, él estaba aliviado que ella no lo hizo, pero ahora pensaba en lo jodidamente estúpido que fue.

Él recuerda lo duro que la tomo, como rompió esa membrana frágil que acabó significando tanto para él, porque calculaba entre más rápido mejor. Podía sentirla ponerse tensa y saltar ante su intrusión violenta, como a pesar de estar jodidamente mojada, sus músculos internos lo agarraban en un agarre feroz que casi lo hacían estallar su clímax en ese momento, pero ese momento de sus saltos que tenía sus fantasías encendidas. ¿Qué hubiesen estado haciendo las manos de ella si él no hubiese sido tan marica? ¿Hubiese agarrado sus bíceps en un apretón sorpresivo? ¿Hubiese clavado las uñas en su espalda? Tal vez ella las hubiera clavado en sus nalgas para que la penetrara aún más profundo. ¡Joder! Se puso a sudar de solo pensar en eso.

Era, sin embargo, el único arrepentimiento que él albergaba de esa noche. De hecho, cada día que él le hacía el amor a su esposa, cada vez que la cogía, él estaba inmensamente agradecido de haber sido el primero, y no algún idiota pendejo de pene pequeño, que la hubiese convertido en un cuerpo recibidor de su toque sin experiencia. A él le encantaba que sus habilidades sucias refinadas fueran finalmente utilizadas para despertar su sexualidad pura y su apetito, que él sabía, demasiado bien, era casi tan insaciable como el suyo. Él era un H.D.P (Hijo de puta) suertudo, suertudo.

Sonriendo para sí mismo, él agarra un vaso de agua en la cocina mientras espera que su semi-erección baje. Como siempre, su habilidad para cambiar de estado de ánimo lo lleva de ser un diablo del sexo, a Gerente General, a padre en cuestión de pocos segundos, y en este momento su ánimo se estaba volviendo ansioso por el deseo de ver que su hijo dormido estuviera bien.

Muy suavemente se pasea por el pasillo, luego da vuelta al pomo de la puerta. Se movió silenciosamente a través de la alfombra gruesa y finalmente llego al lado de la cama de su hijo dormido. Se dejó caer sobre sus rodillas y se quedó sin aliento en los segundos antes que tuvo para ver a su hijo soñando serenamente con sus propios ojos.

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Todavía lo impresionaba lo mucho que su hijo se parecía a él. Algunas veces, cuando él se daba cuenta de sus gestos en la forma miniatura, era como un golpe en las entrañas, un recordatorio visceral de su pasado que es rápidamente borrado con un alivio innundante que esta copia de si mismo nunca va a tener que soportar el dolor y negligencia que su padre lo hizo conocer.

Él siente como si Chris fuera una segunda oportunidad; él podría revivir su infancia a través de su hijo y corregir algunas de las pesadillas que se adherían a él a pesar los esfuerzos que ha hecho para callarlos. Él estaba tan agradecido por su hijo, tan jodidamente agradecido, que se sentía pisando fuerte solo por el hecho del milagro.

Aparte del hecho que Chris era carne de su carne, la cosa de la segunda oportunidad hubiera sido más que suficiente de ganar el amor eterno por su hijo, pero su chico también le había dado, sin darse cuenta, algo más: un regalo que estaba más allá de medir que siempre se sentía en deuda con su hijo.

Era una cosa simple, en realidad, y definitivamente no era algo que él esperaba, pero el primer día que llevo a Ana y a Chris a pasear, después de volverse a encontrar en ese día bendito en el zoológico, su hijo le entregó a su madre. Desde el momento en el que él vio a Ana interactuar con Chris, él se dio cuenta de la mirada increíble de adoración en el rostro de ella. Él supo entonces, con certeza que contrastaba su propia experiencia con asuntos del corazón que él amaba a su hijo – inexcusablemente, incondicionalmente. Pero más que eso, él también reconocía esa expresión en el rostro de Ana. Él la había visto antes – muchas veces. Era la mirada que rondaba sus sueños porque era la que lo hacía crear esperanza de que ella lo amaba, la que él vio cuando ella volteó esos ojos azules penetrantes hacia él, esa que él maldijo cuando se le negó el amor y resplandor que tenia.

Era una revelación que casi le daba un maldito ataque al corazón, pero en ese momento él entendió que cuando ellos estaban juntos, Anastasia lo había amado. Él estaba en la posición privilegiada de ser el guardián de esa mirada, y la cosa que más lo sorprendía, que tenía sus pensamientos enmarañados en nudos, era el hecho que a él no le importaba compartirla con su hijo, en lo más mínimo. Por el contrario, él sentía que hacia su lazo de unión más fuerte, como si ellos estuvieran en un club especial, uno secreto que tenía una membrecía exclusiva de dos personas, y en lo que respectaba a él, a lo que todo el mundo estaba misericordiosamente ajeno – Joder, gracias a Dios por eso, pensó. Aunque él mantenía sus celos al margen, no estaban ni cerca de estar bajo control.

Ahora que ellos estaban reunidos, firmemente unidos por el lazo del matrimonio, hijos, y su amor arraigado, él necesitaba ver esa mirada cada día. Él era adicto a ella. Él buscaba en el rostro de ella constantemente por esa mirada y haría cualquier cosa por ver la luz en ella. Si llegaba a perdérsela por alguna razón, él describía su día como perdido.  Dos veces había logrado – por la misericordia de algún poder divino – poder capturar esa adoración en fotos. Tenía dos fotos que capturaban la expresión, y cuando él las miraba, los músculos en su garganta se contraían y su corazón se llenaba a reventar. Las mantenía en su billetera, aunque la belleza de ellas merecían estar ampliada y mostrada, pero eran de ella – sin mascaras solo para él. Él no las iba a mostrar más de lo que lo haría de su cuerpo desnudo. Esa mirada era por millas lo más caliente de ella, lo hacía sentir como el puto rey del mundo, y disfrutaba de mantenerlas solo para él. Un día iban a envejecer y estaba seguro, que como todas las mujeres, ella se iba a preocupar si a él no le parecía atractiva, pero él no tenía ninguna preocupación sobre eso. Siempre y cuando ella lo pudiera mirar de esa forma, él sería capaz de penetrarla con su pene duro que definitivamente iba a conducir ese amor a casa.

Así que, si no fuera por su hijo, podría estar todavía aleteando, sin timón. Puede que él este demasiado aterrado para darle otra oportunidad a la mujer que posee su corazón, revolcándose en el temor que ese hoyo en su pecho nunca va a llenarse de nuevo. Pero ahora estaba lleno, estaba tan jodidamente completo que algunas veces no sabía qué hacer consigo mismo.

Aún así, había una parte de él que contenía, una parte que ocultaba de ellos porque el amor que sentía por ellos era tan grande, tan pesado, él sabía que podía aplastarlos. Como era, él frecuentemente hacia uso de sus reservas vastas de fuerza de voluntad por regalarles una vida relativamente normal, cuando todo lo que quería hacer era encerrarlos y mantenerlos fuera de peligro. El instinto era tan fuerte, tan imperioso, que él tenía que luchar a diario. Anastasia podía dar fe de que a veces él perdía esa batalla, pero sin embargo, ella encontraba como lidiar con él. Era otra cosa por la que tenía que estar agradecido.

Él no albergaba ilusiones sobre sí mismo, sabía lo irracional que era. Él sabía que cincuenta sombras de jodido lo mantenían peligrosamente cerca de la línea de la obsesión, bordeando incluso, y algunas veces cruzándolas, pero él felizmente podría contenerse, sabiendo que eso los mantenía a su lado. Siempre le pareció irónico que a pesar de su pasado de negligencia y abuso, él de alguna manera forjó esta capacidad increíble de amar. No es como si supiera que la tenía antes de conocerla, y por eso él le agradecería a Dios por el resto de su vida.

Christian levanto la cobija, enrollándola alrededor de los hombros de Chris, y se inclino para besar el ceño suave de su hijo. Satisfecho que todo estaba bien, podía regresar a la cama para tomar su segundo turno para dormir con el conocimiento que su familia preciosa estaba perfectamente bien.

Cuando volvió a su cama marital, su esposa se movió y se estiró hacia él. Eran cosas pequeñas como esa que realmente lo atrapaban, que lo llevaban a su adolescencia emocional y lo sorprendían con tanta fuerza que apenas podría respirar. Durante su sueño, cuando todas las defensas de ella estaban abajo, ella todavía lo quería a él: un lugar donde ella no podía mentir, no podía engañar. Aunque sabía que estas cosas no estaban en su naturaleza, un gesto era un símbolo poderoso de afirmación para él. Él lo lamió, saboreando hasta el infierno de ello, más aún porque ella era solo de él.

Christian la dejo enroscarse hacia él. Su gemido bajo, y apreciativo se apoderó de él, haciéndolo estremecer de placer. Él nunca tenía suficiente de ella, y como si su cuerpo lo supiera su corazón salto de su pecho, su semi- erección de antes ahora era una erección dura de acero simplemente porque ella estaba allí y lo amaba. Él consideró despertarla, encantar su cuerpo cálido y dormido, pero él necesitaba que su esposa embarazada descasara su cuerpo, incluso anuló este deseo básico. Suavemente se río; obviamente a él le gustaba torturarse.

Él suspiró con una medida tanto de emoción como de frustración, luego envolvió su mente alrededor en sus planes de mañana. Era el día de San Valentín, el primero juntos, y aunque él se burlaba de que era solo un día para demostrar que alguien te importa – él estaba más que feliz de amarla y consentirla cada maldito día – él estaba ansioso por hacer las cosas convencionales y verlo como lo haría una pareja normal. A la mierda lo nuevo, ellos necesitaban más normal en sus vidas.

Al principio él hizo toda clase de planes extravagantes, su imaginación y su presupuesto sin límites ofreciéndole una gran cantidad de ideas de flores y corazones, hasta que recordó que ella era mucho más feliz cuando él mantenía las cosas modestas. ¿Qué podía ser más simple – y más tradicional – que un picnic? En su propia pradera, lejos de miradas indiscretas, él podría prodigar su atención as su cuerpo bajo a la luz de la luna.

Él podía matar dos pájaros con una sola piedra, sorprendiéndola con la casa terminada en el Sound y pasar una tarde al aire libre entre las altas hierbas y flores, preferiblemente con ella desnuda, mojada y dispuesta. Su boca forma una curva arrepentida, pensando en lo difícil que ha sido ser vago respecto a la culminación de la propiedad descuidada. Y no ayudaba que ella fuera tan jodidamente tenaz algunas veces.

Un pequeño estremecimiento de emoción paso a través de sus venas – venas que eran, antes-de-Ana, impermeables a tales cosas – cuando trató de adivinar con que lo trataría de sorprenderlo Ana. Él sabía que ella se tramaba algo. Ella no podía mentir ni mierda – al menos no a él – pero ella mantuvo una despreocupación cuidadosa sobre el día que lo tenía loco con curiosidad.

Eso era otra cosa sobre ella que lo mantenía en constante admiración. Ella le daba los mejores jodidos regalos en el mundo. Por supuesto, él tenía todo lo que el dinero podía comprar. Si, él tenía cubos llenos de dinero, y con la adición de su familia atesorada, él tenía todo lo que podría desear, y aun así ella siempre lograba impresionarlo. Él no podía evitar sentirse como un niño pequeño en el día de navidad.

Ella, por el contrario, era tan fácil de complacer. En los recesos oscuros de su pasado él tenía la sumisa singular que se mostraba como una caza fortunas, y nada lo excitaba menos que la avaricia. Él estaba más que feliz de dar, pero odiaba como la mierda ser manipulado para ello. Eso era una manera segura de obtener la resolución del contrato y el trasero batido en la calle antes de que pudieran decir lo siento, Señor.

Por supuesto que lo podía dejar hasta allí; mostrarle la casa terminada y compartir un picnic excéntrico con ella era agradable, pero no suficiente. No, él la quería chorreando con diamantes mientras él tenía su dosis de ella abierta para su placer en la hierba.

Él había recogido la pieza esta tarde y estaba complacido que la joyería había excedido sus instrucciones. El collar era una cadena larga hecha de dos diamantes de color rosa más débiles, cada uno en una garra tan delicada que hacía que la mayoría de las partes diminutas brillaran. Las dos cadenas se unían unos centímetros más abajo del hueco de la garganta, donde se sumergían entre sus senos.

Era una pieza poco práctica, porque ella nunca sería capaz de llevarla con algo que la pudiera mostrar completamente. Un escote que era reveladoramente fuera-de-limites para ella. Esos montículos firmes eran de él y solo de él, y prefería estar muerto antes que considerar compartirlos en esa medida.

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Ahora que lo pensaba, el regalo era uno muy egoísta, solo para su beneficio – pero ¿Qué más era novedad? Él sería el único que podía rastrear el camino de los diamantes hasta ese par de senos en donde se podría perder. Él no podía esperar a ver como brillaban contra su piel, como la luz se va a reflejar a través de los ángulos mientras ellos biselan un patrón que brilla intensamente sobre su piel.

Qué pena que mañana era un día de trabajo, no que a él le importará faltar si faltar significará que podía pasar el día entre sus piernas, pero ella tenía una ética seria de trabajo, magnificada por el hecho que ella era la esposa del jefe. Lo emocionaba tanto como lo frustraba algunas veces, un sentimiento al que se había acostumbrado desde el día en que puso sus ojos sobre ella por primera vez. Con ese pensamiento y un suspiro de satisfacción se quedó dormido, su cuerpo suave se amoldó a los planos duros del suyo durante la noche que resultó ser otra noche reparadora.

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Las mañanas era por lo general un apuro, en este mismísimo día no parecía ser diferente. Curioso como el demonio por lo que ella se tramaba, él no tenía más opción que tomar las señales de ella, ignorando toda la cosa del “Día de San Valentín”. Sin embargo, parecer completamente desinteresado no estaba en las cartas para él. Por mucho que él quisiera ver cómo salía el día, él simplemente la necesitaba demasiado, así que cuando llegará la hora en que él se tuviera que ir, hizo ver su punto al tomarla en sus brazos y besarla profundamente.

Besar a una mujer era otra habilidad que él había perfeccionado durante su recorrido hacia la dominación, una habilidad que amaba ejercer sobre su esposa. A menudo una descuidada por cónyuges siempre-apresurados, pero eso nunca les iba a pasar a ellos, no cuando su boca bella y con puchero lo llamaba como una sirena. No había nada parecido al sentirla derritiéndose en sus brazos para hacerlo sentir como un Dios. Le encantaba dejarla sin aliento y pensando en él, solo en él durante el resto del día. Era justo. Ella seguro como el demonio se lo hacía a él.

“Cena a las siete” dijo sobre su hombro cuando se dirigía hacia Taylor, esperando en el pasillo. Él escondió una sonrisa mientras reprimía el impulso de saltar y unir sus talones al estilo Charlie Chaplin porque simplemente estaba jodidamente feliz.

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Su día estuvo lleno con todo lo normal en el negocio que mantenía su máquina multimillonaria andando. Los últimos meses se mantienen en rigor en contraste completo a los cuatro años de aburrida monotonía que precedían la llegada de Ana y Chris a su vida miserable. Estos días, gracias a Dios, su lema para aprovechar el día – ¡Carpe Diem!

A las 3:30 se sentía inquieto, ansioso de terminar las cosas y pasar la noche profundamente dentro de su esposa. Ella debe estar dejando a Chris en casa de sus padres en este momento y luego regresará a casa para encontrarse con él para “cenar”. Por los mails y textos de ella, sabía que ella había tenido un buen día mientras se preparaba para el lanzamiento de su primer libro.

A las cinco estaba listo para abandonar el barco, y lo hizo con poco arrepentimiento. Él reconoció a su asistente personal cuando paso a su lado para llamar al ascensor. “Buenas noches, Andrea”

“Buenas noches señor. ¿Usted y la Sra. Grey tienen algo especial planeado?” preguntó, haciendo conversación mientras él estaba esperando el ascensor.

Él se volteó con una sonrisa, esa que su esposa llamada –sonrisa-que-derrite-pantis. No es que quisiera derretir cualquier pantis, solo las de Anastasia, y luego preferiblemente con la ayuda de sus dientes, pero era la única sonrisa que tenia, por lo que tuvo que conformarse. “Hhhmmm” él zumbo una confirmación. “Mis planes siempre son especiales cuando se refiere a mi chica, Andrea” Con eso, él entro al cubo con espejos con un pequeño saludo de mano y una sonrisa alegre que parece no podía sacudir.

En casa él sintió que Anastasia lo estaba esquivando. Primero se instaló en la biblioteca y luego en el baño para alistarse. Una vez más reflexionó sobre lo que se tramaba. Él no estaba preocupado, él sabría si ella estaba molesta, pero alimentó su curiosidad ardiente. Él sospechaba que ella estaba temerosa de dar a conocer su juego. Ella sabia tan bien como él lo mala mentirosa que ella era.

Cuando ya no podía resistirse más ante él, ella se reunió con él en la gran sala donde la estaba esperando. Ella estaba en un vestido, y por supuesto, lucía sensacional – Hhhhmmmm… pensó mientras sentía revuelo en sus pantalones de vestir – perfecto para lo que tenía en mente. La tela negra era suave y se adhería al cuerpo, acentuando las partes que la hacían toda una mujer. Y la emoción que le daba mirar la barriguita de bebe simplemente nunca pasaba de moda. Los tacones altísimos pueden ser un problema, pero, de nuevo, lanzarlos sobre su hombro no sería un placer pequeño para él.

Christian se puso de pie. Sus ojos, sabía que estaban brillando con deseo y amor y estaba encantado de ver lo mismo en los ojos de ella cuando levanto su larga mirada lo suficiente. Había momentos como este cuando, sin formación o incentivo, ella era tan naturalmente sumisa que él se ponía duro en menos de dos segundos. No es porque echaba de menos esos días, si no porque sacaba al hombre primal en él, una bestia animal que vivía y respiraba por la compañía de su cuerpo acogedor y compatible.

Él sintió como sus fosas nasales se abrían con un primitivismo de todo y cuando vio la chispa en los ojos de ella, reconociendo la cosa que los unió a pesar del mundo alrededor de ellos. Era todo lo que podía hacer para no tomar posesión de ella en ese momento.

En su lugar, él le lanzó una sonrisa escabrosamente malvada y junto con sus parpados caídos, la tenía jadeando, y estaba seguro, estaba mojada justo en ese momento. “Luces lo suficientemente bien para comer” le dijo a ella con un ronroneo.

De vez en cuando ella lo sorprendía con una boca tan sucia como la suya. Era siempre tan emocionada y tan inesperada, porque para él, ella era la inocencia personificada a pesar del hecho que sus sabanas una vez estuvieron manchadas con la perdida de la misma. “Desearía que lo hicieras” dijo, “Largo y duro” Su tono era ronco, igualando la mirada azul llena-de-lujuria que le estaba dando sin un ápice de vergüenza. Hacía parecer sus palabras aun más seductoras, súper calientes. Él tomo una respiración corta, entre cortada y estiro su brazo para agarrar su mano, literalmente arrastrándola fuera de la sala y hasta el elevador. El espacio confinado no hizo nada para aliviar el zumbido actual que fluía entre ellos, pero sin decir nada lucharon contra ello, ninguno dispuesto a iniciar una noche rara en un solo un momento donde no tendrían tiempo de ver hasta el final.

Por fortuna, ellos iban temprano porque él quería que la noche durara, aprovechar la máxima ventaja de su tiempo-libre-de-hijo. Él amaba a su hijo, podía pasar días jugando con él, pero también necesitaba conectarse con su esposa, y por lo que tenía en mente ellos iban a necesitar cada segundo de oportunidad que tenían.

Él negó con la cabeza, estando tan hambriento de ella cuando la tuvo la noche anterior, y la noche anterior a esa, y el día anterior. De hecho, ellos rara vez permitían dejar pasar un día sin hacer el amor, pero él anhelaba la intensidad de las veces cuando él podía abundarla con la atención de sus manos, su boca, y su pene duro como un ladrillo. Verla derretirse por sus atenciones, una y otra vez, es lo que él necesitaba esta noche y no podía esperar.

Él capto la caída rápida de sus ojos cuando ella notó su erección, desde ya luchando con el espacio apretado de sus pantalones, y él gruño hacia ella cuando sus dientes se clavaron en su labio mientras ella contemplaba las delicias que la noche iba a traer.

Él la deseaba demasiado, y por el rubor en sus mejillas, ella estaba más que dispuesta a dárselo a él. Gracias a Dios joder, pensó mientras la llevaba al auto y casi arrojándola adentro. Puede que él se meta en problemas por exceso de velocidad esta noche.

El rugido poderoso del R8 era estimulante y hacía eco del rugido que él quería hacer, para ella, para el mundo, de que ella le pertenecía. Él estaba orgulloso y tan jodidamente deleitado de tenerla: esposa, madre, autora, y gata sexual. Una vez más él recordó su estatus de afortunado HDP (Hijo de Puta).

Su juego iba bien y verdaderamente a tiempo cuando llegaron a la calle llena de árboles. Ella lo miraba de lado cada cierto rato, una sonrisa conocedora agraciando su boca completa; ella sabía lo que estaba por venir. Cuando ellos se detuvieron en los adoquines, la casa se iluminaba desde el interior y completamente restaurada, ella puso sus manos sobre sus ojos y las dejo caer de nuevo para asegurarse que no estaba soñando.

“Tu hogar Sra. Grey, está listo y todo tuyo” él apunto con la barbilla hacia la casa mientras mantenía una vigilancia cuidadosa sobre ella, con ganas de absorber y aprender de memoria cada chillido y gemido de placer que ella considera compartir con él. Él no podía pensar en una mejor manera de gastar su fortuna impresionante que para cumplir los sueños de ella.

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“¿Está terminada?” preguntó, sacudiendo su cabeza con asombro. Ella estaba obviamente completamente superada. Su alegría desnuda nunca dejaba de conmoverlo, casi deshaciéndolo.

Él le lanzo una sonrisa picara, sabiendo que casi tres semanas de medias-verdades y tácticas de cambio-de-tema preceden este momento. “Si” confirmó, su barítono bajo y sugestivo, a pesar que él quería que ella digiriera todo antes de tomarla. “Feliz día de San Valentín, nena”

Él amaba oír su risa y ella lo hizo en ese momento, aleteando sus pestañas antes de inclinarse sobre la consola central para besarlo. “Gracias” Ella paso la palma sobre su camisa, su mano delicada llegando a descansar en su hombro mientras ella lo acomodaba con una mirada fija encantada. “Yo esperaba flores en la oficina hoy”

Su pobre corazón se tambaleó, luego cayó a su estomago. ¿Cómo pudo él no haber pensado en enviarle flores? Ella debió ser la única mujer que no recibiera un montón. Él maldijo su falta de experiencia con estas cosas de flores y corazones, mirándola fijamente con una expresión de desconcierto hasta que notó que la sonrisa de ella no se vaciló. Permaneció adoradora, sin un rastro de acusación o puchero, cuando lo golpeó – ¡ella estaba bromeando!

¡Ella iba a ser la maldita muerte de él! Él sonrió, luego pensó mejor y sacó la artillera pesada. Él le dio su sonrisa que derrite pantis, pero en HD. Sonriendo hacia ella así era fácil cuando tenía todas las emociones para respaldarla, y a él le encantaba ver el efecto que tenía. Ella pestañeó, luego jadeo, y estaba seguro que si ella hubiera estado de pie, él hubiese tenido que atraparla. ¡Así es nena!

Él la llevo alrededor de la casa y disfrutó viendo sus reacciones ante cada pequeño detalle, pero quería llevarla a la mejor parte de la noche. Dejo la maleta pequeña que le preparó la Sra. Taylor en la habitación principal, y decidió que era hora de arrastrar a su esposa a la pradera.

La encontró al borde del patio trasero, viendo hacia la pradera con la línea de arboles y el Sound más allá de eso. Él percibió que este sería un lugar feliz para ellos. Lo podía sentir en sus huesos – en todos, sonrió para sí mismo. A pesar que les tomo cinco años para llegar hasta allí, ahora estaba agradecido de haberse quedado con la casa.

Sus ojos brillantes mostraron sorpresa cuando ella se volteó y vio la cesta y la alfombra que él estaba cargado, junto con su sonrisa, que él ahora llevaba cerca de ser peligrosamente lasciva. Que empiece el encantamiento, pensó cuando camina hacia su ya temblorosa forma.

Nunca podía tener suficiente de su capacidad de respuesta, de su deseo flagrante por él cuando todo lo que tenía que hacer era darle una mirada – como ahora. No había nada que lo volviera más salvaje. Él tenía los planes de hoy en su mente durante todo el maldito día, pero ahora llego el momento de poner esos planes en acciones. Él ya podía sentir las puntas de sus dedos hormiguear con la necesidad de pasarlos por toda su piel desnuda.

Antes que ella tuviera tiempo de negociar o incluso de objetar, él se abalanzó, poniendo su hombro contra la cintura de ella y enroscando un brazo alrededor de sus pantorrillas. Empujando hacia arriba a través de sus rodillas, ella cayó sobre su hombro y él la sostuvo allí, apretada y segura. Buen trabajo, pensó, complacido consigo mismo mientras caminaba hacia la pradera con su culo delicioso junto a su mejilla y su grito de protesta sonando en sus oídos.

Él la cargó con cuidado, la carga preciosa que ella llevaba nunca demasiado lejos de su mente, pero a él le gustaba que gritara, especialmente cuando era de placer. Volteando su cabeza, mordió la curva de su trasero porque estaba convenientemente al lado de su cara, y por supuesto, porque él amaba su culo. Ella lo premió con un chillido y un meneo, y lo hizo reír. Como si él la fuera a dejar escapar.

Cuando llegaron al claro pequeño que había hecho podar solo para esta ocasión, la dejo deslizarse por la parte frontal de su cuerpo, disfrutando de cada centímetro suave de sus curvas femeninas aplastadas contra él. Él mantuvo sus piernas, obligándola a montarlo en su bajada, solo para que pudiera sentir el calor en él. Mientras se deslizaba, ella gimió, un sonido que resonó a través de su pecho, lanzando un torrente de sangre directamente hacia el sur. A él tampoco le importaba el hecho que su vestido se levantó mientras ella caía, y que a pesar de la oscuridad, él captó algo rojo antes de que ella saltará para acomodarse su falda hacia abajo en una pantalla atractiva de modestia. Él sabía que un rubor acompañó su risa nerviosa ante su demostración evidente de testosterona. Él seguro como el demonio estaba feliz de tener un toque de ella en cualquier momento, en cualquier lugar, y nunca se podía avergonzar de eso.

Era extraño, pensó, que había podido tener todo lo que había querido, cuando tenía una de sus sumisas complacientes y dispuestas ante él, él nunca pudo haberla deseado de la manera como deseaba a su esposa. Y más que cuando estaba toda recatada, tímida incluso. Él quemaba por rasgar el vestido en pedazos y follarla bien hasta la próxima semana. No se molestó en detenerse en ello, aunque principalmente, él descubrió el porqué. La primera vez que él le hizo el amor a ella, su primer encuentro vainilla, le había enseñado algo que no había hecho todo su entrenamiento: el amor hacia una diferencia cojonuda, a pesar del hecho que él estaba demasiado ciego para darse cuenta en ese momento.

Él sacudió la alfombra y ella lo ayudó a desempacar la cesta mientras él la animaba a una pequeña conversación. Él quería que se relajara y comiera antes de empezar; ella iba a necesitar la energía. Cuando ella le paso un plato y le sonrió, él se felicitó mentalmente en pensar en esta idea hermosa.

“Esto es precioso Sr. Grey, me siento muy consentida. Gracias” ella besó la punta de su nariz mientras él estaba sentado allí sintiéndose ridículamente engreído.

Él no quería que perdiera su ánimo de comer, pero era hora de patear a un nivel superior. La seducción lenta era su fuerte y ella la iba a recibir en espadas esta noche. “De nada, nena” dejo que sus palabras colgaran, engañándola en que ella pensará que era todo lo que iba a decir antes de lanzar su primera bomba de tentación ante ella. “Es mejor que comas. No sé cuanto más pueda aguantar antes de que el vestido desaparezca.”

El enganche de su respiración era lo que él estaba esperando cuando equipó sus palabras con la mirada oscura que siempre daba un toque de su alter ego Dominante. Ella se detuvo a medio-masticar y, ahora que sus ojos se ajustaron a la oscuridad, él podía apreciar realmente el rubor que se asomaba al ras de su vestido entre la caída sus senos.

Él se tuvo que ajustar, pero lo hizo con el conocimiento que ella estaba observándolo, diciéndole que ella era la razón por la que él ya estaba duro. Su resistencia se fue un poco cuando ella mordió su labio inferior. Esa era otra cosa que nunca fallaba en atraparlo – ese labio delicioso y los dientes perfectos hundiéndose en el, lo hacían querer acabar en sus pantalones.

Ella siguió comiendo, pero su paso definitivamente había bajado. Ahora ella lo estaba haciendo solo por él, él lo sabía, porque era difícil para ella comer cuando estaba tan excitada. Se miraron el uno al otro, a duras penas saboreando el festín que tenían ante ellos, y él dejo que creciera la tensión al estar lo suficientemente cerca para tocarla pero sin levantar un dedo.

Ella limpió su boca con una servilleta y sus ojos se volvieron juguetones. Oh aquí está, él animo silenciosamente, sumergiéndose en la emoción. Ella iba a tomarse su tiempo ahora.

“Yo también tengo algo para ti.” Su sonrisa era pequeña, tímida.

Por un momento él cerró sus ojos ante la anticipación deliciosa del despliegue de su vientre. Esto era algo nuevo para él, esta emoción burbujeante que sentía cuando ella estaba complacida con él y repartiendo regalos. Él analizó su reacción hasta la muerte, pero solo podía llegar a una conclusión cierta: era la deliberación que ella ponía en sus regalos lo que capturaba su corazón completamente.

Ella busco en su bolso y encontró un rectángulo envuelto del tamaño de un libro. Él captó la aprensión fugaz que le dijo que ella no estaba segura de lo que él iba a pensar. Él no entendía por qué; incluso si fueran calcetines, a él le encantarían porque venían de ella. Pero la preocupación de ella, estaba allí, no obstante, por lo que él decidió dar una efusión exagerada sin importar lo que fuera. Él dudó, pensando que su reacción necesitaría un impulso. La experiencia le dijo que esto iba a ser valorado más allá de la medida, justo como las otras veces.

Ella se acercó más y se lo presentó, sus ojos hacia abajo como si se lo estuviera ofreciendo. Él no vaciló en tomarlo. La curiosidad estaba rugiendo a través de él mientras hizo un trabajo ligero de quitar la envoltura. Estaba sorprendido, pero no menos deleitado, cuando se dio cuenta que era el libro de ella. “Guao, nena, eso es fantástico. ¡El primero de la primera edición! Espero que lo puedas firmar para mí.” Él sonrió y le dio un guiñó antes de mirar fijamente la portada que decía Anastasia Grey. Su corazón estaba latiendo, feliz, y tan jodidamente orgulloso.

Cuando miró hacia arriba la vio fruncir el ceño, luego negar con la cabeza, su mirada un poco avergonzada. “Uhm, no tanto el libro, como lo de adentro.”

Por un momento estaba confundido hasta que encontró la página de la dedicatoria. Sip, ella lo hizo otra vez. Se puso caliente cuando su garganta se cerró y su corazón se aceleró como en una carrera de velocidad.

71 spanish dedication

 

¡Santa madre – puta mierda! Ella le dedicó el libro a él, hizo una declaración pública y honesta de amor– de posesión, a él no le importaba añadir – que hacia crecer una capa fresca de piel alrededor de su corazón, el mismo corazón que hace mucho tiempo pensó estaba muerto para siempre. Él amaba jodidamente la manera en que ella lo estaba sanando.

Aunque él quería saltarle encima, no podía encontrar la coordinación en ese momento. Tomo una respiración y un minuto para recuperarse, antes de sacudir su cabeza ante ella por su asombro. “No sé qué decir, nena. No me puedo imaginar estar más conmovido” estaba seguro que ella podía escuchar la grieta en su voz y su mirada cayó de nuevo a las palabras que ella escribió solo para él. Se preguntó por qué ella estaba tan vacilante. ¿Qué había que no gustará? Cualquier cosa que decretará que ella era de él lo hacía querer golpear su pecho como un puto gorila.

Estaba aliviado cuando la vio sonreír, toda la aprensión desvanecida. Ahora ella era la titular de una sonrisa que era su perdición. Sabía que ella estaba a punto de decir algo, probablemente que de nada, pero él no iba a esperar por ello. Sin mucho más que un remordimiento olvido sus planes cuidadosamente planteados y la tumbo sobre la grama esponjosa. Primero tomo su boca, mostrándole con su lengua y sus dientes cuando significaba para él, el gesto que ella tuvo. La saboreó, la lamió, la mordisqueó, y la provocó hasta que supo que la podía hacer acabar con muy poco esfuerzo de su parte.

Se alejó, luego se sentó, y la hizo poner a horcajadas sobre su regazo en un solo movimiento, “Quiero hacer llegar mi boca a cada centímetro de tu cuerpo” Él oyó el chirrido rasposo de su propia voz, sabiendo que el sonido de ella la iba a volver loca de frenesí. Él no estaba decepcionado cuando ella se frotó contra su entre pierna abultada, maullando con desesperación por la fricción que la iba a tener llegando a su clímax sobre todo el cuerpo de él.

Metió sus manos debajo de su vestido, patinando con sus palmas hacia arriba para librarla de la barrera entre ellos, luego se quedó sin aliento ante la visual que lo saludó. Sí, ella llevaba rojo, está bien, pero no era la ropa interior común costosa en la que él la tenía siempre. Oh no, esto era claramente todo para su beneficio, y lo sintió justo donde más importaba mientras se ponía más duro, casi a un estado de dolor.

Sabía que ella estaba observando su reacción, y si hechizarlo era lo que ella estaba esperando hacer, entonces eso fue lo que logró. ¡Joder! El encaje era extremadamente fino, completamente puro y en forma de tela de araña. Las copas del sujetador cada una tenían una raja por la mitad, y tenían sus pezones apretados y apuntando a través de las aberturas en una invitación descarada y sexy-como-la-mierda.

71e

Él ya estaba babeando, pensando en la resistencia que esos cogollos duros iban a ofrecer a su lengua. La parte de arriba tampoco se cerraba en la parte de atrás de la manera usual, en su lugar se cruzaba de atrás hacia adelante donde correas elásticas delgadas se superponen en un patrón bajo su vientre hasta que llegaba al borde de sus pantis.

Él sabía que sus ojos cambiaron de color a medida que su excitación aumentaba, y él sintió como el filtro se deslizó. Ahora sus ojos estaban hambrientos, un gris de tormenta mientras recorrían el camino hacia debajo del patrón que lo estaba guiando. Dirigió su mirada sobre estimulada hacia el parche recién depilado que estaba cubierto por las mismas aberturas que sus senos arriba. Finalmente, cuando el entendimiento golpeó a través de la nube de lujuria, se le ocurrió que ella estaba completamente abierta para él a pesar de llevar puesta esta pieza sensacional de nada.

Las líneas cruzadas sobre su piel eran extremadamente evocativas y le tomó un momento el saber por qué. Cuando lo supo, su corazón estaba en su garganta y el pulso feroz que estaba sintiendo estaba todo concentrado en una parte del cuerpo que ahora tenía mente propia. Esas líneas que empujaban sobre su piel suave dejaban los lados ligeramente elevada que imitaban el estilo bondage Shibari en una manera que hacia retorcer sus dedos con apreciación. ¡Hermosa!

Él paso su mano sobre la elástica roja a lo largo de su vientre y su espalda, fascinado, saboreando las muecas que hacía. Todo mientras ella lo observaba a través del velo de su cabello cayendo como una cascada sobre sus hombros, esperando ansiosamente para calibrar su reacción. Él gruñó, luego engancho su boca en el pezón convenientemente punteando mientras su mano entró a la abertura de sus pantis. Las manos de ella estaban acariciando la espalda de él, buscando su cabello, inestable, inquieta, interesada. Él sabía que ella estaba al borde de estallar, y era justo como a él le gustaba.

Él mantuvo una mano de soporte en la parte baja de su espalda, sus dedos buscadores encontrando su desastre y deseo mojado. Ella dejó caer su cabeza hacia atrás y él sonrió por el truco que siempre la tenia empujando sus senos más hacia la boca de él. Ella jadea, complaciéndolo sin fin. “Christian, por favor”

Él era un demonio – lo sabia – pero él la adoraba de esta forma, rogando, y él iba a usar cualquier habilidad y complot que pudiera para ponerla así. Él se preguntaba algunas veces si ella sabía que tan deliberado era él con ella, como alimentaba y alimentaba su deseo por él, porque no podía tener suficiente de ella pero también, si era honesto consigo mismo, porque esperaba que eso la mantuviera ligada a él.

Era un trabajo a tiempo completo pero él vivía para eso, no quería nada más que ella estuviera satisfecha y solo por sus esfuerzos – realmente bien follada. Ese era otro problema que ella presentaba para él, uno que nunca sucedía con sus sumisas. Algunas veces, como en este momento, él estaba tan caliente por ella, quería hacerle tantas cosas, que casi no podía decidir por dónde empezar. Era por eso que noches como esta se habían vuelto tan importantes, solo para que él pudiera cumplir su lista de deseos, porque una ronda con ella raramente era suficiente.

Se tenía que reír de sí mismo. Grey-Steel (Grey de Acero, juego de palabras entre el apellido de él y el de Ana) era el rumorado y tenía que admitir el bien merecido apodo para él en los clubs de BDSM de barras de separación y cadenas de suspensión, que solía frecuentar. Tenía una reputación solida por poder evitar su orgasmo, algo de lo que estaba orgulloso, pero con unas palabras y un trozo delgado de tela, su esposa podía voltear las cosas para él y describirlo como un hombre desesperado. Esos días él estaba más agradecido por su resistencia porque, – joder – sabia, que ella se hacía trizas por su control con una regularidad horrible.

Justo como predijo, ella estaba cerca, y a juzgar por sus gemidos y jadeos, y estaba claro el hecho que lo quería ahora. Con intuición coordinada y devastadora, él ejecutó tres cosas al mismo tiempo. Él empujó sus caderas, recostando su pene-duro-como-una-roca en sus caderas onduladas. Luego, muy suavemente, apretó los labios de su sexo juntos para atrapar su clítoris, acariciándolos entre sus dedos. Por último, mordió ese punto duro en su boca, apretando y pasando sus dientes por toda la longitud de su pezón.

Y allí estaba. Él no le pidió que mantuviera los ojos en él. Él sabía que este la estaba desarmando con una fuerza tan violenta que no había manera que ella se concentrara en mantener su mirada en la de él. Así que solo se sentó y disfrutó de ver el placer de ella cabalgando su cuerpo mientras gritaba su nombre y acabando sobre el cierre de sus pantalones.

No había nada como su nombre en los labios de ella, especialmente en una experiencia que era obliterante. Él adoraba verla acabar, cuando ella se desnudaba de sus inhibiciones, vulnerable, cuando sus defensas estaban abajo; ella estaba desnuda en más maneras que una sola. Le proporcionaba la intimidad que él deseaba compartir con ella. También era alucinantemente caliente. Él ya estaba liberándose para sumergirse en las replicas de su clímax intenso.

Sin perder un segundo y antes que ella colapsara en su hombro, él estaba dentro de ella, deslizándose por los labios mojados y hacia la envoltura cálida que casi al instante lo llevó al límite del acantilado que él estaba feliz de ver. Su intensión más temprano era de tomarlo con calma, pero cuando los músculos de ella lo agarraron así, él no amaba algo más que darle al cuerpo de ella lo que obviamente quería – una follada dura y rápida que hiciera uso completo de la crema que ella acababa de producir.

“Aguanta, nena” dijo entre dientes, esperando que ella no estuviera demasiado cansada para escuchar antes de penetrarla con un empuje gratificante de sus caderas. La hizo saltar lo suficiente para que le llegara el mensaje y él estaba agradecido cuando la sintió abrazándolo. Ella estaba gimiendo otra vez, fuertemente en su camino a su próxima ola de placer. Eso era exactamente donde él la quería. Ahora él se podía mover con el poder de pistoneo que sus cuerpos exigían.

Sus respiraciones rápidas en la oreja eran al mismo tiempo que las de él, estimulándolo sucesivamente. Mientras ella se ajustaba a su ritmo castigador, hizo un pequeño espacio entre ellos y paso una mano sobre sus senos, que ahora lucían una fina capa de sudor. Ella estaba siendo muy valiente esta noche y a él le gustaba, le gustaba jodidamente demasiado. Él observaba sus manos patinar a lo largo de su piel húmeda, pellizcando un pezón mientras estrellaba su boca con la de él.

Con el beso profundo, ellos se tragaron los sonidos desesperados de ambos. Ella, como una mujer poseída, recuperó su fuerza y empezó a montarlo, asentando un paso y un ángulo que lo hacía golpear hasta el fondo de ella. Sus gemidos se estaban volviendo más fuertes y él la podía sentir como se empezaba a apretar. Él aplico las pequeñas reservas que le quedaban para esperar otros segundos para poderse unir.

“¡Ahora, nena!” Las palabras fueron arrancadas de su garganta al igual que su control mientras se dejó ir, llenándola con su semilla mientras ella acababa sobre él con todo lo que valía. ¡Oh, querido dulce hijo de puta! Él sintió como si lo hubiesen volteado al revés y puesto de nuevo, sus ojos casi hicieron una revolución completa cuando se voltearon en la parte posterior de su cabeza.

Cuando se calmaron, ella era como gelatina en sus brazos y estaban jadeando fuerte. Él logró que se deslizaran a una posición donde estaban acostados para que pudieran colapsar juntos. Como siempre, él estaba renuente de salir de ella, de romper su adorada unión, así que él la mantuvo parcialmente penetrada cubierta. Él acarició su cabello y  besó su cabeza, pero su única respuesta fue un gruñido. Él entendió perfectamente; él se sentía igual.

Era bueno entre ellos, pero algunas veces, como hoy, ellos llegaban a un nuevo nivel. No estaba seguro si era por su conexión profunda o por alguna otra cosa fortuita, pero estaba seguro como el demonio que estaba agradecido que siguió la corriente y guardó sus planes para la segunda ronda.

La abrazó cuando ella presionó sus labios en su pecho, conmovido por lo que acababan de compartir. En unos momentos, una vez que se recuperaran, él le iba a entregar el collar de diamantes y luego iba a disfrutar mientras se tomaba su tiempo haciéndole el amor.

Gracias por leer. Por favor no se olviden de dejar sus comentarios

Link para el capitulo 72

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

14 thoughts on “Capitulo 71 – San Valnetin Parte 1

  1. Fanny Rebellon. says:

    Por Dios que belleza de capitulo, no había captado lo hermoso de todo, es muy conmovedor leer sobre los sentimientos casi subliminales de Cristian por su Anastasia, Monique te inspiraste en forma, me encanto, y me pregunto existirá un amor asi? que afortunada la que lo tenga..
    Este es un motivo mas para querer mas a nuestro Grey, El ver como diferenciaba sus sentimientos de su Ana al de sus sumisas, esas era la gran diferencia…Los Sentimientos, lo que hace que un hombre o una mujer se enamoren, el sentir algo tan profundamente… es algo que muy pocos alcanzan, y el señor Grey lo triplico, adoro todo de el, su amor por su mujer y por sus hijos, el querer siempre protegerlos y complacerlos, que bello.
    Muchas felicitaciones Monique, bellisimo capitulo, amo tu escritura, muchas gracias.
    Y mi amiga Kereny tu tiempo, y tu dedicación para regalarnos estos momentos no tienen precio, muchísimas gracias ame este capitulo es muy especial.
    Ahora esperando la continuación con anhelo amiga querida.
    Un fuerte abrazo desde la tierra del sol amada….Maracaibo- Venezuela.

    PD_ Me encanto el detalle del regalo de Anastasia, su hermosa dedicatoria para su gran amor, un pequeño gesto para una gran amor.
    Gracias.

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    • KereCB says:

      Así amiga, quien tenga un amor como estos que lo agarre con fuerza y lo cultive cada día. Creo que si los hay… Gracias como siempre por tu apoyo y tu comentario. Un fuerte abrazo hasta la tierra del sol amada.
      Kx

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  2. naty says:

    Me encanto este capítulo!!!

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  3. Guille says:

    Excelente como siempre mil besos 😉

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  4. Bravo !!!! es perfecto ❤ felicidades a la escritora y por supuesto a la traductora. XO

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  5. Sandra Villela says:

    uno de los mejores capítulos de toda la historia muchas gracias y saludos dedde México

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  6. Elkkiz says:

    No se podía ser más específico y romántico como en este capítulo y que Monique nos permita meternos en la mente de nuestro querido Señor Grey es lo máximo hace que me enamore cada día más de él estoy disfrutando cada palabra cada frase de estas historias muchísimas gracias por que por más que los lea una y otra vez no dejo de deleitarme con ellos.. Saludos y besos esperando con ansias la segunda parte … Haces ue me enamore cada día más de este hombre irreal..

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    • KereCB says:

      Así es Elkkiz, no me cansó de decirlo Monique ha escrito una obra maestra, es simplemente espectacular cada capitulo, Gracias como siempre por tu apoyo, por tu comentario.
      Un abrazo guapa
      Kx

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  7. LiliaLzcth says:

    Gracias por tu esfuerzo de traducir esto para nosotras, excelente capítulo. Ahora q se acabó q vamos a leer? 😊 Me encantaría si también tradujeras los fics de Gideon Cross 😘
    Besos y gracias nuevamente

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    • KereCB says:

      Hola Lilia! Bueno queda una segunda parte del día de San Valentin. Y otro capitulo especial de los Greys por España. Gracias por tu comentario y por el apoyo. Un fuerte abrazo guapa
      Kx
      Pd: No garantizó poder traducir los Fics de Gideon Cross. Pero lo tendré en cuenta 🙂

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